Maduro “Este club me marcó, soy holandés y valencianista”

“Era todo muy raro, leyendas del club apartadas, no fue nada fácil”

“Cuando me lesioné, con la selección, estaba a mi mejor nivel”

“Acabaremos en Champions, hay una buena estructura que hizo Marcelino”

Maduro Hedwiges jugó desde 2008 hsta 2012 en el Valencia. Una lesión truncó su futuro como jugador ché cuando mejor estaba y acabó en el Sevilla. A sus 33 años, juega en el Omonia Nicosia y desde Chipre anima al Valencia y se significa con sus mensajes en las redes sociales.

¿Cómo le va por Chipre?

—Pues muy bien. Jugando en uno de los equipos grandes de Chipre, el Omonia Nicosia, junto con el Apoel y el Apollon. Tengo ya 33 años y es una buena liga para mí, con un nivel más flojo que en España. Hay siete equipos buenos solo. Físicamente estoy muy bien. Además, aquí se vive muy bien. Hace mucho sol.

—Hace unos días se han cumplido 10 años desde su debut con el Valencia…

—Sí, el tiempo pasa muy rápido. Luego, con el paso del tiempo te paras a pensar. Tengo muy buenos recuerdos. Al final, fue una época buena. Y ganamos el último título que ha levantado el Valencia.

—En redes sociales, se le ve muy al tanto de lo que pasa en el Valencia.

—Sí, veo todos los partidos. Pero no sólo ahora, también el año pasado y el anterior, en los que las cosas no fueron bien. Es importante estar también en los malos momentos. Por eso, en twitter publico cosas del Valencia. El Valencia me va a gustar siempre. Fue un honor jugar en este gran club y me alegro que ahora haya tranquilidad y estabilidad.

—Aquel tuit de ‘ReAmuntada’ antes de la vuelta de Copa, ante el Barcelona, causó furor en el valencianismo.

—Sí, me alegro de que gustara a la afición. Recordé que nosotros también ganamos en semifinales de Copa al Barça y estos son los partidos que recuerdas toda la vida. En el momento juegas un partido, otro, otro… Y no te das cuenta. Pero estos partidos se quedan grabados.

—Precisamente contra el Barça marcó uno de los dos goles que marcó con el Valencia. ¿Lo recuerda?

—Sí, perfectamente. Fue el empate a dos. Es bonito marcar ante un equipo tan grande como el Barça.

—Se ve que el valencianismo le caló hondo…

—Sí, claro. No porque no sea español no puedo ser valencianista. Soy un holandés valencianista. Me gusta Valencia y el Valencia. Este club me marcó.

—¿Recuerda su llegada? Con 22 años se encuentra con Koeman y con los tres capitanes apartados.

—Por eso dije antes lo de la tranquilidad. Aquello fue muy raro. Leyendas como Cañizares, Albelda y Angulo apartadas… No fue fácil. Un equipo necesita unión y allí no la había. Vienen los problemas. Había líos con los jugadores, presidente y el entrenador.

—¿Pero realmente se enteraba de lo que estaba pasando?

—Sí, claro. Mis padres son caribeños y me fue fácil aprender español. Me enteraba de todo. Fue una situación muy rara. Ganamos un título, el último hasta ahora, y no pudimos ni celebrarlo porque teníamos que salvarnos de bajar a Segunda División.

—Y después llegó Emery, uno de los entrenadores que le marcaron.

—Sí. Con él jugué de todo: de central, de lateral, en el medio… Es un gran entrenador, prueba de ello es que está en el PSG. Aseguramos la Champions varios años seguidos y no era fácil porque cada año se vendían a los mejores jugadores: Silva, Villa, después Mata. No es fácil competir cada año con un equipo nuevo.

—Por cierto, ¿qué le parecen los palos que le están cayendo a Emery tras el partido ante el Madrid?

—Es cierto que el PSG fue superior hasta el cambio de Meunier por Cavani. Aunque también entraron Asensio y Lucas. Se dice que fue por el cambio pero fue superior casi todo el partido. Faltó el último pase. Pero ¡ojo!, creo que el PSG puede remontar.

—Volvamos a su etapa de valencianista. Cuando mejor estaba, llegó esa maldita lesión…

—Sí, creo que estaba a mi mejor nivel como futbolista. Nunca volveré a estar como entonces. Estaba jugándolo todo y

Copa de 2008

“Ganamos el último título del Valencia y ni lo celebramos”

era titular en mi selección. Fue un día antes de un partido contra Finlandia. Y en el entrenamiento, un compañero fue con todo, muy fuerte. No se deben hacer esas entradas antes de un partido. Sólo volví una vez más con mi selección después de eso.

—¿Qué compañero fue?

—Da igual. No quiero ni decirlo.

—Y después, hubo mucha polémica entre el Valencia y su selección.

—Sí, se echaron las culpas y yo estaba en medio. En fin, todo pasó.

—Ese año no renovó y se marchó al Sevilla.

—Sí, se decía que me iba con Unai Emery al Spartak de Moscú pero al final yo quería quedarme en España. Me fui al Sevilla. Y a los pocos meses… Apareció Unai por allí. Yo creía que me perseguía (risas). Así es el fútbol. Luego tuve problemas con Del Nido. Había grandes jugadores: Rakitic, Medel, Negredo… Y acabé yéndome.

—¿Ve al Valencia en la Champions el año que viene?

—Sí, este año nos metemos en Champions. Sin Europa este año, van a centrarse en la Liga y creo que acabará entre los cuatro primeros. Hay una buena estructura y una unión en el vestuario.

—¿Qué le parece Marcelino?

—Es un gran entrenador que ha creado una gran estructura después de haberse encontrado con dos malos años.

—Este año hay Mundial. Un Mundial sin Holanda.

—Sí, se han ido haciendo mayores jugadores como Robben, Sneijder, Van Persie… Y no tenemos jugadores que les hayan sustituido. Tampoco tenemos entrenadores como antes: Hiddink, Rijkaard, Van Gaal… Ya no hay técnicos holandeses en Europa, salvo Seedorf, que acaba de llegar al Depor. Y si no hay técnicos, ¿quién enseña a los jóvenes?

—Y sin Holanda, ¿con quién va en el Mundial?

—Con España, claro. Tengo muchos amigos allí. España es mi segundo país.