El Barça de Valverde juega sin banquillo
Los titulares triplican en minutos a los suplentes
Sin chispa El Barça ha metido 1,2 goles menos por partido en el último mes
Tal vez aliviado por la bondad del resultado después del mal partido del Barça, Valverde tuvo un arranque de sinceridad brutal en la sala de prensa de Stamford Bridge. “Este era un partido de certezas, no de experimentos”. Explicaba así la ausencia de Dembélé, 145 millones de euros extraviados de momento, pero la respuesta podría elevarse a un grupo de suplentes que, con el paso de la temporada y pese a la dureza de enero y febrero, ha ido perdiendo paso. A medio camino entre su bajo rendimiento y la falta de fe de Valverde, futbolistas como Semedo, Digne, Denis, André Gomes y Alcácer han desaparecido paulatinamente del equipo. Sólo hace falta echar un ojo (ver gráfico a la derecha) para comprobar que el núcleo duro de titulares triplica en minutos a los suplentes.
La unidad B está ‘missing’. Semedo, que durante una buena parte de la temporada fue casi tan titular como Sergi Roberto, se ha estancado en 1.645 minutos. Un caso extraño. Sin ser brillante, dio la sensación de competir. Aleix Vidal, que aparece y desaparece y tuvo un pie fuera en enero, no llega a los 1.000 minutos (918). En la misma situación están Alcácer (776) y Denis (923). El primero tuvo su chispazo en el partido de Liga contra el Sevilla. El sistema, sin embargo, le penaliza. Con Suárez en forma, no tiene minutos. Además, ha atravesado una lesión. Denis tampoco ha tirado la puerta. Insistía en que esta temporada los suplentes habían dado un paso hacia delante pero los números no dicen lo mismo. André Gomes (915 minutos) pareció tirarse del barco en Valencia, en la vuelta de las semis de Copa. Esa imagen de Messi sin querer pasarle el balón en una acción pudo resultar simbólica. Eso por no hablar de Dembélé, que apenas lleva 380 minutos y Mina, que suma sólo 97.
Valverde necesita recuperar jugadores porque necesita piernas y energía. El Barça, que tenía una media de 2,58 goles por partido, ha bajado en el último mes a 1,375. Da la sensación de que la unidad B sólo jugará por obligación. Certezas, no experimentos, y “respeto a los que nos han traído hasta aquí”. El mensaje de Valverde no puede ser más evidente.