AS (Levante)

Zidane reivindica la moral del fútbol

Eligió en París los méritos por encima de otros aspectos

- SANTIAGO SEGUROLA

El Madrid

Se mueve por la Copa de Europa como si fuera su jardín

Neymar

Por lo que se vio el martes, el PSG se le queda muy pequeño

La alineación del Madrid es más barata que la de la mayoría de los equipos que han alcanzado los octavos. Solo Mbappé (el PSG pagó al Mónaco 180 millones) ha costado más que todos los titulares del Madrid en París.

Un partido competente, de los que caracteriz­an al Real Madrid en la Copa de Europa y mucho menos en la Liga, le concedió la victoria en el Parque de los Príncipes,

donde se anticipó una noche de ruido y furia del PSG. Ruido, sí. Furia, no. Compromiso, ninguno. Bastó ver la penosa imagen de Pastore y Draxler

caminando por el campo, sin ningún interés por regresar a las posiciones defensivas, dos consentido­s que dijeron todo sobre el enorme trabajo que tiene el PSG para alcanzar una posición relevante en el fútbol europeo. No sólo jugó mal el PSG, sino que fue un mal equipo. Cada jugador a su aire, con su plan personal como primer objetivo, sin el menor orgullo por defender de verdad a un club que les paga una fortuna: 13 de los 14 mejor retribuido­s de Francia

pertenecen al París Saint Germain. Son muchos los capítulos que tendrán que revisar sus propietari­os para cambiar las expectativ­as por una realidad diferente.

Es cierto que el Real Madrid se mueve por la Copa de Europa como si fuera su jardín particular. Ha atravesado por épocas peores, como sucedió después del gran trienio de Vicente del Bosque (dos títulos de campeón y una semifinal), pero está claro que el torneo afila el colmillo del club. En París funcionó con la autoridad que le faltó al PSG, donde la ausencia de Neymar fue infinitame­nte más dañina de lo que se suponía. Probableme­nte habrá noticias del brasileño antes y después del Mundial. Por lo que se vio el martes, el París Saint Germain se le queda demasiado pequeño. Hace medio año, se hablaba de aspirantes al Balón de Oro en sus filas: Neymar y Mbappé. Salvo que vuelvan a acreditars­e con sus seleccione­s en el Mundial, los dos están condenados a bajar puestos en el ránking, especialme­nte Mbappé, que parece un jugador confundido.

El Real Madrid cumplió al milímetro con todas las obligacion­es. Ganó y convenció. Excepto Benzema, atacado por una crisis de ansiedad, todos los demás se movieron entre el notable y el sobresalie­nte. Se puede hablar, por tanto, de un fenomenal espíritu colectivo, una cualidad que no siempre distingue al equipo. Sergio Ramos quiso recordar, y lo consiguió, que es un defensa portentoso. Jugó un partidazo, pero lo mismo se puede decir de Casemiro o Carvajal, por hablar de otros dos colosos defensivos.

El aire profesiona­l del equipo reivindicó una alineación que, en términos de mercado, es más barata que la de la mayoría de los equipos que han alcanzado los octavos de final. Sólo Cristiano Ronaldo, en su momento el fichaje más caro de la historia, pertenecía al mundo de las cifras galácticas. Mbappé (el PSG pagó al Mónaco 180 millones de euros por el traspaso) ha costado más que todos los titulares del Madrid en el Parque de los Príncipes. Fue la noche de los Keylor (10 millones), Carvajal (6,5 millones de euros), Varane (10 millones), Casemiro (seis millones),

Lucas Vázquez (1,5 millones) y Asensio

(3,9 millones).

Estos jugadores demostraro­n que no todo es mercado en el fútbol, una considerac­ión moral que resulta más edificante que nunca en estos tiempos de derroche, y más aún frente a un rival que representó exactament­e todo lo contrario. Es hora de conceder el valor que merecen los futbolista­s, y no lo que se dice de ellos, o lo que se publicita de ellos, o lo que interesa de ellos. A la hora de la verdad, cuando Zidane pensó en el mejor equipo para jugar en París, eligió los méritos por encima de cualquier otro aspecto. Esa decisión le reivindica más que nunca. No era un partido cualquiera. Era la eliminator­ia que doblaba la esquina de la temporada o exponía al Madrid a tres dificilísi­mos meses sin una escoba que vender. Eligió Zidane y los elegidos respondier­on a lo grande.

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 ??  ?? PROTAGONIS­TAS. Zidane y Asensio fueron dos de los grandes triunfador­es en el Parque de los Príncipes.
PROTAGONIS­TAS. Zidane y Asensio fueron dos de los grandes triunfador­es en el Parque de los Príncipes.

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