AS (Levante)

Se busca a Dembélé

El Barça gana la Supercopa y el francés decepciona

- JUAN JIMÉNEZ

De mérito

Cillessen y Pau completaro­n un buen partido con sus paradas

El Barça levantó una tercera Supercopa Catalunya sosísima que apenas dejó un trabajo sobrio de los dos porteros, Pau y Cillessen, la emoción de los penaltis con el holandés decisivo (y con baile de Yerry Mina) y que resultó un nuevo fiasco de Ousmane Dembélé, al que por más tiempo que se le quiera conceder ofrece unos síntomas preocupant­es de desconexió­n con la realidad de su equipo. El francés, un lobo solitario, pasó sin pena ni gloria por el Camp d’Esports de Lleida. Da la sensación de que, más allá de sus dos lesiones, la inversión de 105 millones más 35 de variables que hizo el Barça este verano presionado por la huida de Neymar está bajo sospecha.

Resultaba demasiado optimista pensar que podría funcionar un Barça experiment­al con ocho suplentes habituales que no habían jugado juntos ni un partido. Valverde organizó al equipo con el viejo 4-3-3 con André Gomes haciendo de Busquets y Dembélé y Aleix en los extremos. El francés, en su planeta, realizó varios eslalon hacia ningún sitio. Aleix, como cuando juega con los mejores, se metió por dentro y, de hecho, pudo abrir el partido con un buen robo en el primer minuto que le permitió dejar solo a Alcácer. El valenciano, un desapareci­do hace semanas de las alineacion­es, mandó el balón a las nubes. El Espanyol se hizo con el partido después de las primeras escaramuza­s gracias al control de Granero, Darder y Jurado en el medio. Cillessen salvó a un Barça sin pasión en un mano a mano de Piatti y un par de zurdazos con el sello del argentino y Adrià. La primera parte acabó con la lesión de Denis Suárez y la segunda empezó con otra oportunida­d enviada al limbo por Alcácer, que ha perdido el ángel que tuvo por momentos a principios de noviembre.

Los porteros. El Espanyol siguió merodeando la portería de Cillessen, segurament­e el jugador más fiable del Barça en Lleida. Mientras, Dembélé, que en la primera parte estuvo desacertad­o y en la segunda fue una auténtica sombra, se marchó en medio de la indiferenc­ia del personal. Pau López respondió a las paradas de Cillessen con otras dos intervenci­ones muy seguras. El mal menor del partido eran los penaltis. La Supercopa de Catalunya, baile incluido del colombiano Yerry Mina, la levantó el Barça gracias a Jasper Cillessen. Pero a Dembélé todavía lo están buscando.

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