Fran Garagarza es el padrino en la sombra del ‘modelo Eibar’
Director deportivo de prestigio
EI modelo del Eibar en Primera es casi irrepetible. Un pueblo de apenas 30.000 habitantes coquetea con la élite desde fórmulas simples, robustas y solidarias. Trabajo a destajo, humildad, discreción y tino en los fichajes. Su principal artífice, junto a Mendilibar, es su director deportivo, Fran Garagarza. “El club ha crecido mucho, ha aprendido, yo he aprendido mucho y hemos visto la realidad de saber lo que no hay que hacer”, resume a As.
Su penúltimo milagro fue moverse con celeridad en el mercado invernal y apuntalarse con Orellana y Diop. Dos jugadores por puesto sin que se resienta el equipo es el lema del secretario técnico de Mutriku, el pueblo de Illarramendi.
Garagarza es un hombre vocacional de los banquillos. Compaginó el reparto de diverso género en una furgoneta con la dirección en Aurrera de Ondarroa y Elgoibar, al que ascendió a Tercera. El Eibar, siempre con pocos recursos, apostó por su figura para abanderar su despacho deportivo.
Ya en exclusividad, Garagarza progresó a la par que el club. El equipo armero ascendió a Segunda con Gaizka Garitano en el banquillo y de ahí a Primera con la misma pócima milagrosa: invertir muchas horas, viajes en autobús para no disparar el presupuesto, bocadillos en carreteras, diseccionar vídeos de jugadores, y acertar con futbolistas con hambre de progresar que encajen en un club peculiar, y a coste reducido. Todo ello compaginado con cesiones de clubes notables. Una misión más romántica versa en “tener gente de aquí, que cada vez es más difícil”. El Sevilla lo tuvo en su agenda tras Monchi, pero el sitio de Garagarza sigue en Ipurua, en donde renovó hasta 2019.
Sevilla Lo tuvo en su agenda tras Monchi pero el sitio de Fran está en Ipurua