El Valencia arrolló al Alavés y durmió tercero
Rodrigo, Zaza y Parejo lideraron el vendaval blanquinegro
El Valencia ya no sólo gana, ahora también tiene fases en las que arrolla. Su vuelta a la Champions es sólo cuestión de tiempo, de jornadas. Su lucha hoy es más por la tercera plaza, en la que durmió a la espera de lo que haga el Real Madrid. Si hubo partido en Mestalla fue por Pacheco, que en los momentos de arreones blanquinegros mantuvo en pie al Alavés, que no es que jugara mal sino que se vio superado y sumó su tercera derrota seguida, aunque mantiene su colchón con el descenso.
El partido tardó 11 minutos en encontrar su camino. Curiosamente, fue una ocasión del Alavés la que lo encauzó por la ruta blanquinegra. Neto dejó en nada una amenaza de Sobrino y tras ello el Valencia se puso en modo rodillo. El zafarrancho lo hizo sonar el internacional de nuevo cuño Parejo, con un disparo desde la frontal que obligó a volar a Pacheco, que nada pudo hacer en la siguiente acción, la del gol de Rodrigo.
La asistencia de Zaza a la media vuelta fue de raza y química con Rodrigo. La jugada, toda ella, fue perfecta. El andar del balón fue quemando etapas de manera impoluta. De Soler a Parejo; éste a Rodrigo; sociedad con Zaza y gol. Jugada de equipo, explosión de calidad. La guinda fue la definición de Rodrigo, que acudirá a la llamada de Lopetegui con su gol número 13 en la maleta, que se lo dedicó a Coquelin.
El 1-0 no le quitó el hambre al Valencia. Olía sangre y quería hasta la última gota. Por la derecha con Montoya y Soler; por la izquierda con Gayà y Guedes... Y Abelardo sin poder pedir tiempo muerto. Asedio en toda regla, que terminó como el Pitu intuía, con el segundo gol. Este de Zaza (en fuera de juego por un codo). 12º del italiano, el que hace 36 del ‘tridente’ che. 2-0 y al descanso. Ello gracias a Pacheco, que evitó mínimo dos más.
De la caseta el Valencia salió con algo de caraja. Un error de cálculo de Gayà dejó en cuadro a la zaga y Sobrino no perdonó. El Alavés hacía bueno el partidazo de Pacheco y se metía de nuevo. Los de Abelardo tuvieron ahí su momento y un disparo lejano de Pedraza puso en alerta a Marcelino. Pero sus chicos no le quisieron amargar las Fallas al asturiano. El 3-1 lo hizo Laguardia en propia puerta, pero bien pudo ser de Soler, Guedes o Kondogbia. Un rodillo llamado Valencia.