Alaphilippe gana, Landa lo prueba y Roglic sonríe
El esloveno es más favorito tras alejar a los rivales
Alaphilippees como un caníbal en esta Vuelta al País Vasco. Se ha anotado las dos primeras etapas y ha mostrado un nivel al alcance de pocos. Nadie le iguala en llegadas cortas y nerviosas. Se mueve en zapatillas y bata por las subidas explosivas, en esas rampas y descansillos como los de la costa vizcaína. Dos de dos y se pide una txapela para el sábado. Aunque le conviene contar con Roglic, su sombra en Euskadi.
El francés calculó perfectamente el sprint de Bermeo. El esloveno echó el resto en el repecho previo a la llegada, quemó muchas energías, mientras que el maillot amarillo midió al dedillo su motor. Roglic buscó el exterior en el último quiebro, a derechas, pensando que la salida era más lenta y Alaphilippe apretó por dentro: al enfilar estaban a la par y ahí asestó el golpe mortal. Culminaba una jornada muy bien diseñada en la pizarra, con latigazo en la subida a San Pelaio, atrayendo compañeros de fuga y sin colaborar para reservarse de cara a ese desenlace.
Otro día de locos similar al que descorchó la presente edición. La etapa dejó claro que Landa pasó un mal día en el estreno, pero que sí tiene piernas. No así Nairo, su compañero, que tiró atrás cuando tenía al alavés en fuga por delante, con los que se jugaban la victoria. E Ion Izagirre tampoco está con golpe de pedal. Da la sensación de que Roglic, a ocho segundos en la general, lo lleva todo de cara: es un gran contrarrelojista y si todo sigue igual, mañana podría coger el maillot. Gorka Izagirre está a 39’’ y Landa, a 43’’.
La jornada de hoy, la tercera, une Bermeo con la localidad alavesa de Villanueva de Valdegovía. Es la más larga (187 kilómetros), pero también la más intrascendente a priori.