AS (Levante)

El Sevilla se va con orgullo

El Bayern sufrió; Boateng hizo un penalti no pitado

- JUAN JIMÉNEZ

Para el Sevilla nunca es suficiente, así que lo de Múnich no le dejará el mejor recuerdo posible. Fue fiel a su principio del nunca se rinde y, por momentos, preocupó a un gigante como el Bayern, algo oxidado y muy humano con vistas a semifinale­s. No fue, sin embargo, suficiente. Con problemas de gol toda la temporada, esta vez no sirvió de excusa Muriel porque la espada era Ben Yedder, que estuvo horrible. El análisis en caliente también dejó echar la vista atrás hacia Sevilla y a la ausencia de Banega. Tal vez con el argentino y sin un calendario tan bravo que le juntó las visitas de Barça y Bayern en sábado y martes, la historia hubiera sido diferente. Sí, el Sevilla pasó el listón de los octavos por primera vez en 60 años. Pero se deja deberes para cuando regrese a la Copa de Europa. Tal vez estaba para un poquito más.

Nadie que conociera al Sevilla podía dudar de que competiría en Múnich. Aunque eso supusiese llevarse la primera amarilla (Mercado, 2’) o dar la primera patada (Nzonzi, 10’). Montella dispuso a sus jugadores de forma muy ortodoxa. Banega se puso a los mandos. Navas tuvo una presencia permanente en el carril derecho y

Sin gol Correa remató al palo y Ben Yedder falló esta vez con la espada

Escudero estuvo puntual pero preciso en sus aparicione­s por la izquierda. Una de ellas supuso uno de los mejores acercamien­tos del Sevilla en la primera parte. Ese y un penalti que pareció evidente de Boateng. El central nunca quiso apartar las manos de un disparo de Sarabia, pero Collum lo pasó por alto de manera incomprens­ible. El Bayern suele ser en el Allianz un tsunami, pero su alineación, por invertebra­da y política, no funcionó. Heynckes la ha usado ya en algún partido pero Javi Martínez es el único sostén. James se ve obligado a jugar muy atrás para sus condicione­s y Robben, Ribéry, Müller y Lewandowsk­i son delanteros puros.

El Sevilla se fue al descanso en una situación de confort en el partido pero muy insuficien­te: 0-0. Luego salió a jugarse lo que le quedaba del uno por ciento del que había hablado Montella después del sorteo. Correa remató al larguero y Heynckes entendió que el asunto no estaba para florituras. El salvaje Bayern se plegó al control. El Sevilla puso corazón pero los cambios tampoco le dieron lo que más echa de menos: el gol. Volaron codos y piernas porque el Sevilla no había ido de paseo a Múnich. Quería más. Se va con un reconocimi­ento bien ganado, pero con cuentas pendientes.

 ??  ?? JUGADA CLAVE. Correa se elevó por encima de todos pero el balón se fue al larguero.
JUGADA CLAVE. Correa se elevó por encima de todos pero el balón se fue al larguero.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain