El difícil arte de ganar
“POR MUY
ACOSTUMBRADOS QUE
NADAL Y VALVERDE
NOS TENGAN A ELLO...”
Alejandro Valverde y Rafa Nadal coincidieron compitiendo ayer en el mismo tramo horario. El murciano aspiraba a su sexta victoria en la
Flecha Valona, una clásica de prestigio. El balear iniciaba su camino hacia su undécimo triunfo en el Masters 1.000 de Montecarlo, un clásico de la tierra batida. En ambos casos, los dos peleaban por superar plusmarcas que ostentan ellos mismos. Un combate contra los rivales, pero también contra la historia y la leyenda. Nadie ha ganado tanto en esos escenarios. Nadie. Ese es el nivel donde se mueven ambos. En esta ocasión, sus resultados fueron dispares. Valverde cedió su corona ante
Julien Alaphilippe, un ciclista con un perfil muy parecido, pero doce años más joven. Mientras, Nadal pasó el rodillo sobre su primer escollo, Aljaz
Badene, en sólo una hora y 18 minutos. Hay otro paralelismo: los dos vienen de superar lesiones. En el caso de Nadal, no es la primera vez que tiene que parar un largo período por su físico, y no sería la primera vez que volviera con un rendimiento brillante. A Valverde le han respetado más los infortunios, sólo tuvo una ausencia prolongada por una sanción. Este es su segundo retorno y, como entonces, lo ha hecho a un nivel galáctico. Tras recuperarse de su fractura de rótula, es el ciclista más laureado de la temporada, con nueve victorias. El año pasado llevaba diez en estas fechas, una más, precisamente esta Flecha Valona que ayer no pudo conquistar. La derrota le humaniza. Y también nos recuerda lo difícil que es ganar. Por muy acostumbrados que Nadal y Valverde nos tengan a ello, hay que valorar sus méritos. Que ya son colosales. Y crecerán con el tiempo.