Gesta en el OAKA con un Reyes memorable
Entre el pívot y Carroll sumaron 24 puntos en el decisivo tercer cuarto
El Madrid llegó a Atenas con el desafío gigante de arañar un triunfo en el OAKA. Y lo logró en la segunda parte de un segundo duelo agónico después de ser barrido en el primero por 28 tantos. Regresa vivo a casa, ahora con el factor cancha de su lado tras levantarse de la lona bajo la sombra amenazante del KO griego.
Firmó la gesta en un tercer cuarto extraordinario después de haber masticado acero puro en los dos primeros. Un tercer periodo que encontró a dos héroes en Reyes (10 de sus 18 puntos entonces) y en Carroll (14 de sus 17). Entre los dos dispararon a su equipo con un parcial de 21-32 para el 6168. Esa renta fue una pequeña burbuja de oxígeno, un respiro para templar la arremetida final de los de Pascual, de un Mike James que embistió varias veces (11 tantos en ese sprint decisivo), que puso a los verdes a tiro de uno (70-71). Restaban aún seis minutos y los de Laso no se pararon. Ahora un 2+1 de Taylor, luego una canasta de Thompkins y una puerta atrás de Ayón, a continuación el triple de Trey de rigor desde la esquina… 78-83 a dos minutos, 80-83 a 1:30. El Madrid sujetó el éxito desde la personal, con cinco tiros libres de Doncic.
Pero antes de levantar el puño al aire, a seis segundos de la bocina, hubo enganchón. Antetokounmpo sacó a empujones de la pista a Rudy, que cayó al suelo y le respondió desde ahí con dos manotazos. Técnica para el griego, antideportiva para el balear y descalificante para Singleton. Un final feo en un OAKA que volvió a incumplir varias normas. La serie vuela ya rumbo a Madrid, pero con 1-1. El Real se levantó a lo campeón, con mucho orgullo y coraje, agarrado a su vieja guardia, la que simbolizan Reyes y Carroll, pero también Rudy y Ayón. Thompkins se sumó en el último cuarto. Todo con Doncic desenfocado por la defensa rival, aunque luchador, más centrado en el desenlace pese a andar alejado de la toma de decisiones en bastantes ataques. Su equipo rebajó el grado de las actuaciones de Calathes y James, de estelares a notables. Lo logró con concentración y unidad. Y entrega titánica en los rebotes: 24 a 43. Va cojo, pero ya está en pie. El Madrid.