Manteo a Marcelino en la despedida del Depor
Zaza y Guedes dan la victoria en una matinal de homenajes
Matinal de tributos en Valencia. Mestalla cumplía ayer 95 años, Serreta se jubilaba tras 40 años de utillero y el Valencia presentaba la que será su segunda equipación el curso que viene, el de su Centenario (azul oscuro con franjas y detalles en naranja). Eso de preámbulo. Después, homenajes por doquier. A Zaza, Guedes, Parejo, Rodrigo, Kondogbia y, de colofón, manteo a Marcelino. Mirada diferente la del Deportivo, que dijo adiós a Primera como en otras 21 ocasiones en esta Liga: con derrota. Periodo de reflexión y reconstrucción en A Coruña, donde no parece que se cuente para ello con Clarence Seedorf.
La de Mestalla no puede ser una mera crónica de partido. Lo fue más de situación. La de un Valencia que se marchó escuchando los acordes del himno de la Champions y la de un Deportivo cuyo equipo hizo una piña en el círculo central, donde se conjuraron para regresar cuanto antes por Mestalla.
Seguro que nadie en ese instante, ni entre los que festejaban ni entre quienes se lamentaban, pensaría en los penaltis que no señaló Medié Jiménez por faltas de Gayà y Murillo; tampoco en los remates al palo de Maksimovic y Zaza; ni en las tres paradas de Jaume tras haber recortado distancias Lucas Pérez, autor del último gol del Deportivo en Primera y al que Mestalla le reprochó haberle dicho “no” en verano.
Es más, de no ser por sus autores y su trasfondo, apenas se hablaría de los goles con los que el Valencia alcanzó la cifra de 73 puntos, 5ª mejor puntuación de su historia y la mejor de Marcelino en su vida. Pero fueron obra de Simone Zaza y Gonçalo Guedes y eso tenía miga. Ellos dos, por más que Zaza dijera “quiero seguir”, bien pudieron despedirse de Mestalla. Si fue un adiós, fue por la puerta grande. Ellos fueron ayer los mejores del campeón de la otra Liga.