El Real Madrid y la gloria del fracaso
El sábado el Real Madrid se enfrentará al Liverpool en su 16ª final de Copa de Europa. Aún recuerdo como lloré con 13 años cuando perdimos la final en el año 1981, precisamente con el mismo rival.
Han cambiado las tornas, y ahora el Madrid es el equipo a batir. Ha implantado una hegemonía en Europa por la que muy pocos habríamos apostado. Pero la gloria no se puede alcanzar sino es abriendo la puerta al fracaso. Creo que aquella dolorosa derrota contra el Barça de Guardiola (2-6 en nuestro campo) fue el principio del nuevo reinado madridista.
El Madrid es un equipo triunfador, pero no olvidemos sus romances con el abismo. Sus memorables remontadas radican en eso, en el fracaso como reto a superar, así como en el riesgo, impulso motor de la notoriedad y el heroísmo. Don Santiago Bernabéu soñó con hacer el campo más grande de Europa para un equipo tildado de segunda, emitiendo bonos entre su gran masa de socios, de los que apenas diez eran aristócratas. También soñaba cuando apostó por una competición en la que nadie creía: La Copa de Europa.
Sintiéndose inferior al gran equipo de Guardiola, los dirigentes madridistas revolucionaron el mercado de fichajes trayendo a Cristiano, Benzema, Kaká, Xabi Alonso y Albiol. Alguno fue un verdadero fracaso, pero otros nos han llevado a la gloria.
El sábado por la mañana tomaré un avión con destino a Kiev para cambiar por lágrimas de alegría las de aquel nefasto día de 1981. Espero que el fracaso se quede esta vez en el descansillo de entrada de nuestro club. Pero si decide venirse con nosotros le daremos la bienvenida, le escucharemos y le diremos “vuelva usted mañana”. Pedro Martínez Débora
Madrid