Rossi lleva una década de sequía en Mugello
La suerte le es esquiva a Valentino en su cita de casa desde hace 10 años. En 2008 logró la última de siete victorias consecutivas y, desde entonces, no ha conseguido ganar allí
Infortunio En 2016 se le rompió el motor de la M1 cuando luchaba por la victoria
Cierto, el GP de Italia no será fácil para Márquez. Visita territorio enemigo y tendrá a toda la afición en contra. Pero tampoco lo será para Rossi. Jugar en casa no siempre es una ventaja y Valentino lo sabe... Y es que van 10 años sin ver una victoria del 46 en Mugello. La última fue en 2008. Desde entonces, 18 triunfos en MotoGP, ninguno que celebrar en una pista que fue talismán.
Cuando venció a Stoner en el Mundial de su octavo título, seguro que ni imaginó que su racha de siete victorias consecutivas allí no tendría continuidad en diez años. De momento… Está por ver si este fin de semana Yamaha encuentra por fin un rendimiento competitivo en uno de sus circuitos favorables. Pero, el balance de Rossi en Italia en la última década es claramente negativo.
En 2009 también subió al podio, pero para ver de cerca como Stoner celebraba su victoria. A partir de ahí encadenó cuatro años malos, especialmente el de 2010, cuando sufrió una tremenda caída en el FP2 que se saldó con fractura de tibia y peroné de la pierna derecha. En los dos siguientes, con Ducati, lo máximo a lo que aspiró fue el 5º de 2012. Y en su regreso a Yamaha en 2013 no le fue mejor: se fue al suelo en la primera vuelta en un lance con Bautista.
En 2014 y 2015 volvieron las buenas noticias para El Doctor con dos terceros, pero en 2016 se le cruzó la mala suerte en uno de sus abandonos más amargos. Por primera vez en ocho años se adjudicó la pole, iba pegado a Lorenzo, luchando por ganar y… se le rompió el motor de su M1. Los tifosi enmudecieron. En su última visita corrió mermado tras una caída de motocross y acabó en un meritorio cuarto. Este año intentará subir su apuesta.
1,141 KM DE RECTA PARA ADELANTAR
Mugello no solo es un circuito especial por su cálido ambiente o por su trayectoria en MotoGP (se estrenó en 1976), también lo es por albergar la segunda recta más larga del calendario. 1.141 metros que suponen un amplio margen para aprovechar los rebufos. Pero de nada sirve una larga recta sin una fuerte frenada que la acompañe, y la de San Donato es el complemento perfecto para una combinación que hace del circuito italiano un paraíso para los adelantamientos. Las motos pasan de alcanzar los 350 km/h a ir a 90 km/h tras frenar durante más de cinco segundos en casi 300 metros.