LeBron jugó con la mano rota los tres últimos partidos de la final

■ LeBron James disputó, casi con toda probabilidad, su último partido en Cleveland con la camiseta de los Cavaliers. A falta de 4 minutos, con todo perdido para los de Ohio, puso rumbo al banquillo. El público de The Q le rendía una ovación no tan calurosa como se esperaba. Una final que quedará marcada por las oportunidades desperdiciadas por los Cavaliers en el partido inaugural. Un duelo en el que primero George Hill falló un tiro libre que hubiera podido evitar la prórroga y luego JR Smith cogió el rebote en ataque y emprendió el camino opuesto al aro de los Warriors en una secuencia que ya es historia. Un error de bulto que desató la ira de LeBron y que marcó la serie aún más de lo que en un principio pudimos imaginar.

Tras el 4-0, James acudió a la rueda de prensa con una protección negra en la mano derecha y admitió haberse autolesionado al término de ese primer encuentro.

Puñetazo Tras perder el primer partido golpeó a una pizarra

“Sentí que nos habían arrebatado el partido”, explicó. Presa de la ira, perdió el control en el vestuario del Oracle al dar un puñetazo a una pizarra. “Después de aquello di lo mejor de mí mismo y jugué con la mano prácticamente rota los tres últimos partidos”, prosiguió. Para evitar dar pistas al rival, solo dejó ver la protección una vez concluida la final.