Shaqiri fulmina a Serbia y acerca a Suiza a octavos
Los helvéticos remontaron el gol de Mitrovic en el minuto 4
y Shaqiri, de profundas y sinceras raíces albano- kosovares, se encargaron de alegrar a Suiza con una victoria de prestigio que deja su clasificación para los octavos de final al alcance de los dedos y obliga a Serbia a ejecutar toda una machada contra la Brasil de Neymar.
Serbia empezó tan bien que se durmió. Suiza arrancó tan mal que se propuso mejorar, sobre la marcha, la precisión de su reloj al ritmo impuesto por Xhaka y, sobre todo, por un Shaqiri descomunal. A los cuatro minutos un gran centro de Tadic fue cabeceado a la red por Mitrovic, un espléndido delantero a la antigua usanza y un dolor de muelas para las defensas. Con tan temprana ventaja, Serbia lo vio tan fácil que no reparó en que los helvéticos, aparte de su disciplina relojera, tienen talento heredado, precisamente, de los Balcanes con Xhaka y Shaqiri
Y fue precisamente el primero de los dos quien, con un formidable disparo desde fuera del área, marcó el 1-1. Partido nuevo. Suiza iba a más y Serbia se desorganizaba. Milinkovic-Savic, el Zidane serbio, estaba desaparecido en combate.
A los 70 minutos, Mitrovic protestó como un poseso un posible penalti tras una falta al alimón de dos defensas suizos, con quienes intercambió energía y faltas. ¿ Jugada de VAR? No se analizó. Pero el árbitro cogió la matrícula al ‘9’ y a la mínima que pudo le mostró la tarjeta.
A Suiza le valía el empate, pero fue a por el partido porque su rival se abandonó. A los 90 minutos llegó la sentencia. Contragolpe mortal iniciado por Xhaka que cogió a los de Krstajic descolocados. Gran pase largo de Gavranovic a Shaqiri que, tras superar al despistado Tosic, con velocidad y autoridad, cruzó el balón lejos del incrédulo Stojkovic. Se desató la locura entre Suiza y las lágrimas entre los balcánicos, que no podían creer que algo así les pudiera pasar. Celebración de raigambre albano- kosovar. Ahora Serbia necesita el milagro de ganar nada menos que a Brasil. Suiza, de fiesta.
Polémica Mitrovic pidió como un poseso un penalti. No hubo VAR