AS (Levante)

Brasil se la juega y puede que no lo sepa Duelo La gran capacidad competitiv­a serbia, ante la calidad brasileña

Los pentacampe­ones podrían quedar eliminados si pierden ante una Serbia agraviada

- SANTI GIMÉNEZ LA PREVIA

Brasil y Serbia juegan una final para pasar a octavos de final. Esta noche en el Otkrytie Arena de Moscú (20:00 horas, Tele 5) el pentacampe­ón llega por primera vez en mucho tiempo a un último partido de la fase de grupos jugándose su presencia en octavos de final a cara o cruz. Obviamente, los de Tite son los favoritos, pero el peligro está en creérselo demasiado. Brasil pasará a octavos empatando o ganando, pero si es derrotada por Serbia, se quedará fuera del cuadro si Suiza hace su trabajo ante una Costa Rica sin opciones. Y ojo, que la competitiv­idad serbia es una caracterís­tica que los brasileños ignoran. Desde su atalaya de cinco Mundiales ganados, Serbia les suena a algo remoto. Y despreciar a un serbio en un partido a cara o cruz es un error que se puede pagar muy caro.

En la concentrac­ión brasileña se vive un estado de calma, tranquilid­ad y confianza. No han brillado en la fase de grupos, pero se sienten elegidos para la gloria. No obstante, entre el periodismo brasileño se ha encendido una voz de alarma. Probableme­nte, la más autorizada de todas sea la de Juca Kfouri, que ayer se atrevió a denunciar que el emperador quizás vaya más desnudo de lo que se cree en un artículo titulado ¿Por qué temer a Serbia? Explica Kfouri que “Brasil apenas ha jugado una hora de buen fútbol en 180 minutos disputados; que los serbios no tienen nada que perder y los brasileños, todo; porque Neymar no está bien y porque las sorpresas suceden, que se lo pregunten a España, Alemania, Argentina y Portugal”.

Igual equipo, misma fe. Ante este partido, Brasil, tal y como confirmó Tite en la rueda de prensa, volverá repetir el once inicial del último partido. Es decir, que Fágner seguirá como lateral y Willian tendrá una oportunida­d más en ataque en detrimento de Douglas Costa.

Si los brasileños mantienen el mismo equipo, los serbios mantienen y refuerzan su fe. Un serbio es el peor adversario posible y en Rusia acrecienta su peligro porque es como si jugara en casa y si, además, llega al partido con el sentimient­o de agravio de haber sido perjudicad­o, el peligro aumenta. Serbia jugará el encuentro como si fuera una auténtica final, falta ver si Brasil se ha enterado del planteamie­nto.

 ??  ?? EUFORIA. Los brasileños llegaron a Moscú confiados en su clasificac­ión de cara a los octavos de final. Los serbios esperan al acecho.
EUFORIA. Los brasileños llegaron a Moscú confiados en su clasificac­ión de cara a los octavos de final. Los serbios esperan al acecho.
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