El coreano Son ganó el oro en los Juegos Asiáticos y se libra rá de la mili
La estrella del Tottenham jugó la final ante Japón, en la que su equipo venció 2-1 en la prórroga
EI cuento de Heung-Min Son tuvo un final feliz. El extremo del Tottenham tenía que ganar con Corea del Sur el oro en los Juegos Asiáticos de Yakarta 2018 para evitar hacer el servicio militar con su país, obligatorio para todos los jóvenes menores de 27 años excepto para aquellos que logran méritos internacionales representando al estado asiático. Si no lo lograba, el surcoreano tendría que haber abandonado el Tottenham y haber pasado los siguientes 21 meses al servicio de su país, una catástrofe para un jugador que está en plenitud y para un Tottehnam que no ha realizado ningún fichaje este verano y que había planificado la temporada contando con el extremo. Por suerte para el futbolista y para el club londinense, Corea del Sur logró el oro en una final agónica ante Japón, que se decidió en la prórroga (2-1). Las lágrimas de alegría de Son al terminar el partido estaban más que justificadas.
Todo este culebrón podía haber terminado mucho antes si en el Mundial de Rusia, la selección surcorena hubiera logrado el pase a los octavos de final. Cayó en el grupo con Alemania, Suecia y México, y a pesar de vencer a la mannschaft en el último partido de la primera fase (0-2), las derrotas ante los suecos (1-0) y los mexicanos (1-2) sentenciaron al conjunto asiático. Parecía no haber más balas en la recámara para Son, que a sus 26 años no podía prorrogar más sus obligaciones. Sin embargo, las normas de los Juegos Asiáticos, un torneo para jugadores Sub-23, permitía convocar a tres futbolistas superiores a esa edad. Son pidió permiso al Tottenham para acudir al torneo y perderse los tres primeros partidos de la Premier. Obviamente la respuesta Spurs fue un sí, la otra opción era perderle para las dos próximas temporadas.
Una vez en Yakarta (Indonesia) el camino hasta llegar al oro no fue fácil. En la fase de cuartos, todo parecía perdido cuando a falta de diez minutos del pitido final, Uzbekistán ganaba a Corea por 2-3. En los minutos finales, un gol de su compañero Hwang, que había metido los dos anteriores, llevó al partido a la prórroga, donde otra vez Hwang marcó el gol de la victoria en el 116'. Sus cuatro tantos mantenían viva la esperanza de Son, que seguro le estará agradecido de por vida.
En la semifinal, Corea venció sin apuros a Vietnam (1-3) y en la final, se temió que todo el esfuerzo fuera para morir en la orilla. El encuentro se decidió en la prórroga a favor de Corea y al terminar, todos corrieron a abrazar a Son. Se había terminado el calvario.
Mundial Si Corea hubiera pasado a octavos, Son se habría librado antes