Volkswagen T-Roc el Golf de estilo SUV
Utilizando la plataforma del compacto, la marca propone un todocamino de diseño original, que apuesta por la conectividad y con motores en los que prima la eficiencia
La ofensiva SUV no se desinfla (el mercado manda) y los fabricantes aspiran a tener la oferta más generosa posible de esta tipología. Volkswagen la acaba de ampliar con el T-Roc, para lo que recurre a toda la solvencia de la plataforma del
Golf envuelta por una carrocería también de tamaño compacto (4,23 metros de longitud) y diseño original.
El Golf sin duda es un producto convincente para la mayoría, pero este nuevo todocamino aporta una polivalencia de uso que muchos valorarán. Además de esa estética diferenciadora, incluyendo llamativos colores, está más elevado sobre el asfalto con lo que ofrepor ce una postura de conducción diferente a la de un turismo y una facilidad de acceso al habitáculo que también puede ser un argumento de peso.
En su interior el ambiente lleva el sello de la marca, sin embargo algunos plásticos duros dan la sensación de estar por debajo de lo exigible en un coche de su posicionamiento de precio. Eso sí, el equipamiento es completo en cualquiera de sus versiones, destacando una conectividad por la que la marca ha apostado en un claro guiño a los potenciales compradores más jóvenes.
La habitabilidad y el maletero están en la media del segmento de los SUV compactos: satisfactorias las plazas delanteras, buena altura libre en las traseras (aunque más confortables ocupadas por dos que tres pasajeros) y una capacidad de carga que cumple con las exigencias de un usuario medio.
Los motores de gasolina también están en auge y VW propone la opción de un pequeño tricilíndrico de 115 CV de potencia que cumple mejor de lo esperado. Estando atentos al cambio de marchas, sus prestaciones son muy correctas, mientras que en ciudad el litro de cubicaje permite contener al máximo el gasto.
El comportamiento dinámico del T-Roc es muy de turismo, no muestra tanta consistencia como un Golf pero tampoco se queda lejos, porque no balancea demasiado y es confortable. Eso sí, no es la opción más aconsejable para aquéllos que aspiran a pequeñas incursiones fuera del asfalto.