La vuelta de Aduriz agita el ambiente en San Mamés
El Villarreal da respeto: se siente más a gusto a domicilio
San Mamés bulle de actividad. En verano y sus días posteriores está viendo fútbol a patadas. Llega la quinta jornada para el Athletic (por el aplazamiento del duelo ante el Rayo) y ha disputado cuatro partidos en casa. La pretensión, como la de un Villarreal que aterriza en busca de autoestima, es la de acercarse a la zona europea de la tabla, en la que tradicionalmente se suelen mover ambos y de la que ahora están descolgados.
En Bilbao todo es ilusión, Y más con la vuelta de su viejo rockero Aduriz (38 años en febrero), ausente desde la primera jornada por lesión y por quedar inédito en el banquillo ante el Madrid. Con Berizzo se ve la botella medio llena, por la ambición que contagia el técnico, pero no conviene olvidar que el equipo solo ha ganado un partido y en el minuto 92. Y en el Submarino hay más buenas pretensiones que realidad. Con dos tantos marcados, sus cinco puntos se antojan hasta un exitoso botín.
El viaje a Bilbao no se le ha dado históricamente mal al Submarino, aunque aún no ha ganado en el nuevo San Mamés. El Athletic encara el choque con la intención de dar continuidad a las buenas sensaciones que emitió en sus últimos partidos ante el Real Madrid y el Betis. Berizzo fue poco claro ayer: avanzó que tiene pensado hacer pocos cambios pero espera a ver cómo están jugadores con muchos minutos en las piernas. Núñez podría refrescar la zona central de la defensa y Raúl García coger el sitio del sancionado Susaeta.
El Villarreal escapa de La Cerámica, donde parece aturdido por la exigencia. No ha perdido en ninguna de las dos salidas, a Sevilla y Leganés. Sigue con las bajas de los lesionados Bruno, Javi Fuego y el argentino Cáseres. Calleja continúa con las rotaciones.