El legado de Quico Catalán

El Levante UD es un club que tiene gente que le ha escrito y con criterio. Su vida y obra centenaria ha sido relatada por autores como Salva Regües, José Ángel Crespo, Felip Bens, José Luis García Nieves o Emilio Nadal. Ellos, granotas de cuna e historiadores de pasión, encumbran la figura de Antonio Román, que fuera presidente allá por los años 50. Su legado, además del fichaje de Faas Wilkes, del que por cierto se cumplen 50 años, está haber sido el que compró e inauguró el actual Ciutat de València.

Aquellos que escriban del Levante UD en el mañana, hablarán de Quico Catalán. De su legado. Y cada cual destacará lo que quiera. O todo, que es mucho. De Quico podrán decir que asumió con 34 años la presidencia de un club en Concurso de Acreedores, con una deuda a corto plazo de 93 millones y de la que hoy ‘solo’ tiene por pagar 14 (refinanciados hasta 2034). O podrán contar que cuando llegó en 2010 había 3.500 socios y en 2018 se llegó a 22.000. O mentarán que durante su mandato creció una generación de granotas con el Levante siendo un habitual de Primera;

inclusive recordarán que le vieron competir por Europa. Ello sin olvidar que para cuando acabe su presidencia, que ya se verá cuándo es, habrá inaugurado su Ciudad Deportiva de Nazaret

y reformado el estadio.