AS (Levante)

La WNBA despega en EE UU y pide igualdad

La Liga crece, pero los sueldos no ● El salario máximo: 115.500$

- JUANMA RUBIO

La WNBA está en un momento excelente: han crecido las audiencias, el seguimient­o en redes, la venta de merchandis­ing... pero los sueldos permanecen estancados. Las jugadoras ganan entre 41.000 y 115.500 dólares por temporada, mucho menos de lo que se embolsan en Europa.

Es agotador luchar constantem­ente contra estereotip­os negativos, en otras ligas invierten millones en que los aficionado­s conozcan a sus jugadores pero, ¿cómo van a conocernos si no se hace ningún esfuerzo? En cualquier negocio tienes que invertir para tener resultados”. Elena Delle Donne, una de las mejores jugadoras del mundo y campeona con EE UU en Tenerife, hablaba así del panorama mediático estadounid­ense, donde en 2015 solo el 5% de su espacio se dedicaba a deporte femenino.

En Tenerife muchos aficionado­s vieron de lo que son capaces Delle Donne, la legendaria Diana Taurasi y la tremenda pívot australian­a Liz Cambage. En la última temporada de la WNBA, Taurasi (36 años) anotó su triple mil y Cambage sumó 53 puntos en un partido. Y el público ha ido volviendo la vista hacia una competició­n relanzada por una NBA que la conduce con métodos cada vez más similares a los de la masculina. Las audiencias televisiva­s (en ESPN2) subieron un 38% (50% entre mujeres de 18 a 49 años), se vendió un 18% más de merchandis­ing y el seguimient­o en redes aumentó un 15%, con un 233% más en reproducci­ones de vídeos. En los pabellones, la media de espectador­es ya supera los 7.700, con más de 12.000, por ejemplo, en Los Ángeles durante los partidos de las Sparks.

Así que la WNBA está en un momento excelente, después de 22 años y con 12 equipos (los mismos que tenía la NBA con esa edad), y con la sensación de que puede calar pronto en un público más amplio. Pero para ello tendrá que afrontar el La australian­a Liz Cambage, que firmó un Mundial monstruoso, es una de las más claras a la hora de mostrar el desacuerdo con sus actuales condicione­s: “La WNBA no paga mis facturas. Lo que ganamos fuera de EE UU es nuestro sueldo de verdad. Si hace falta, me iré a Europa con un contrato que será lo que ganaría en la WNBA en diez temporadas. Me encanta esta liga pero tengo que cuidar mi cuerpo, lo mío”. Diana Taurasi firmó en 2015 un contrato de 1,5 millones de dólares con el Ekaterimbu­rgo con la condición de que renunciara a aquella temporada de la WNBA. problema de la brecha salarial, mucho mayor que la que de por sí existe en EE UU, donde una mujer cobra 80 centavos por cada dolar que percibe un hombre por el mismo trabajo. No se trata de que las jugadoras lleguen a los sueldos de LeBron y Durant, obviamente, sino de que el reparto de beneficios por convenio no sea tan desigual: 50% para los jugadores en la NBA, menos del 25% en una WNBA que podría negociar un nuevo convenio tras el curso 2019.

De las 144 jugadoras de la última temporada, 90 compaginar­on la WNBA con otra competició­n (China, Europa...). Allí, sus ingresos multiplica­n hasta por 15 los de una liga estadounid­ense donde el salario máximo no pasa de 115.500 dólares y el mínimo está en unos 41.000. Las jugadoras,

Subida La audiencia ha crecido un 38% y el seguimient­o en redes un 15%

LIZ CAMBAGE NO SABE SI SEGUIRÁ

Ganancias En Europa o China, las jugadoras multiplica­n su salario hasta por 15

que hasta el quinto año tienen que compartir habitación en los hoteles, saben que un 50% de los beneficios es improbable, pero argumentan que su trozo del pastel es más propio de los 50 en el deporte masculino: hace 70 años, estaba en un 48% en la NBA y un 32% en la NFL. El acuerdo televisivo también es corto: 25 millones al año cuando la MLS de fútbol, por ejemplo, firmó por 75 anuales en 2014 y con menos seguimient­o (240.000 por 222.000 de media).

En un gran momento ratificado por el oro de Tenerife, y con una generación de nuevas estrellas (con la MVP del Mundial Breanna Stewart al frente) la WNBA se sacude los complejos, no para de crecer y exige mejor trato para obtener mejores resultados. Parece justo, desde luego.

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 ??  ?? EXPECTACIÓ­N. LaToya Sanders y la MVP Breanna Stewarts pelean por un rebote en la final de la WNBA del pasado septiembre.
EXPECTACIÓ­N. LaToya Sanders y la MVP Breanna Stewarts pelean por un rebote en la final de la WNBA del pasado septiembre.
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