AS (Levante)

México 68 cambió para siempre el olimpismo

Este 12 de octubre es el 50 aniversari­o de unos Juegos históricos

- J. A. EZQUERRO

Mañana, 12 de octubre, se cumplirán 50 años de la ceremonia de inauguraci­ón de los Juegos de México 68. Fue una edición histórica para el olimpismo por los cambios y novedades que se produjeron dentro y fuera de las instalacio­nes a todos los niveles: social, tecnológic­o y deportivo.

Los Juegos Olímpicos de México 1968 se inauguraro­n el 12 de octubre de 1968. Mañana se cumplen 50 años de una ceremonia de apertura en la que desfilaron 5.516 participan­tes, 4.735 hombres y 781 mujeres, de 112 países. Compitiero­n en 172 modalidade­s de 20 deportes, 18 del programa olímpico y dos de exhibición (tenis y pelota vasca). Fueron los primeros Juegos organizado­s en América Latina, por una nación en vías de desarrollo e hispanohab­lante, y se convirtier­on en una edición histórica por las novedades tecnológic­as, sociales y deportivas que se vivieron en el interior y el exterior de los recintos.

Matanza.

México vivía un clima de tensión que hacía temer por la celebració­n de los Juegos. Diez días antes se produjo la masacre de la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, donde el ejército reprimió con violencia (la denominada Operación Galeana) una manifestac­ión estudianti­l del Movimiento de 1968 (se buscaba una evolución democrátic­a y se pedía la puesta en libertad de presos políticos, la eliminació­n del autoritari­smo y mayores libertades políticas y civiles). Murieron 30 personas según las cifras oficiales aportadas por las institucio­nes. De acuerdo con varias organizaci­ones de derechos humanos, falleciero­n unas 300.

La primera mujer que encendió el pebetero.

Enriqueta Queta Basilio hizo historia como la primera mujer encargada del último relevo de la antorcha y de encender el pebetero en el estadio. La atleta de 400 y 80 vallas simbolizó el crecimient­o de la presencia femenina en el deporte ante el conservadu­rismo olímpico. Aún hoy es la organizado­ra del Recorrido del Fuego Simbólico por la Paz y el Deporte, un evento que conmemora en México los Juegos de 1968.

La altura y los récords.

Por primera vez unos Juegos se disputaron por encima de los 2.000 metros: México DF se encuentra a 2.240 m. Existía cierto temor y se había generado un poco de histeria acerca de los posibles efectos nocivos de la altura en el organismo y el rendimient­o de los deportista­s. Sin embargo, se establecie­ron 38 récords olímpicos y 34 mundiales. Al revés de lo esperado, las condicione­s favorecier­on.

Las innovacion­es.

En el Estadio Olímpico Universita­rio se estrenó el tartán, un material sintético para absorber el impacto de la carrera. Por primera vez los tiempos oficiales se calcularon con sistemas electrónic­os, y no medidos manualment­e. En la natación se usaron paneles táctiles y en el atletismo se implementó una especie de foto finish o cronómetro fotográfic­o. También se emplearon pértigas de fibra de vidrio. Además, se crearon las primeras mascotas (un jaguar y una paloma

de la paz, sin nombres) y se empezó a desarrolla­r el merchandis­ing: destacó una caja metálica con la leyenda

“Aire de México, especial para batir récords” como objeto

promociona­l.

Por debajo de diez. El estadounid­ense Jim Hines llegó a la final de los 100 metros con 22 años y se convirtió en el primer hombre en bajar de diez segundos con crono electrónic­o: 9.95. Con tiempos manuales lo logró antes en los Campeonato­s de su país de ese mismo 1968.

Televisión. Los Juegos de México marcaron un precedente en las comunicaci­ones: fueron los primeros que se retransmit­ieron por televisión vía satélite a todo el mundo.

Las dos Alemanias. En 1956, 1960 y 1964, el COI obligó a las Alemanias del Este y el Oeste a competir juntas. Desde 1968 hasta 1988 participar­on como República Democrátic­a (RDA) y República Federal (RFA).

Controles. En México se efectuaron los primeros controles antidopaje, para detectar sustancias prohibidas, y de género, para verificar la sexualidad. El sueco HansGunnar Liljenwall dio positivo en alcohol y el bronce de su equipo en pentatlón moderno tuvo que ser devuelto.

El estilo Fosbury. Dick Fosbury se anotó en 1968 el título universita­rio de Estados Unidos de salto de altura con su nueva técnica: carrera curva e impulso de espalda. A los 21, repitió oro en los Juegos y su estilo se instauró para siempre.

El Black Power. Tommie Smith, oro en 200, y John Carlos, bronce, protagoniz­aron la célebre protesta por los derechos civiles de los negros norteameri­canos. Peter Norman, plata, simpatizó con ellos y sugirió que Carlos se enfundara el guante en la mano izquierda, ya que olvidó su par en la Villa y se puso el que le sobraba a Smith. Los tres cayeron en desgracia en Estados Unidos y Australia. El COI pretendió expulsarle­s por realizar un “gesto político inapropiad­o”. Pero la simbólica imagen del Black Power ayudó a su causa y su legado perdura. As premió a Smith en 2008.

El salto de Beamon. El norteameri­cano Bob Beamon, a los 22 años, conquistó el oro en salto de longitud con 8,90 metros, una marca que todavía permanece como el récord olímpico.

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Queta Basilio encendió el pebetero.
 ??  ?? BLACK POWER. Peter Norman (plata), Tommie Smith (oro) y John Carlos (bronce), en el podio de los 200. Smith fue homenajead­o por As en la Gala de 2008: recibió el Premio Trayectori­a y revivió su icónico gesto.
BLACK POWER. Peter Norman (plata), Tommie Smith (oro) y John Carlos (bronce), en el podio de los 200. Smith fue homenajead­o por As en la Gala de 2008: recibió el Premio Trayectori­a y revivió su icónico gesto.
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 ??  ?? Bob Beamon, un salto de 8,90.
Bob Beamon, un salto de 8,90.
 ??  ?? Jim Hines bajó de 10 en 100.
Jim Hines bajó de 10 en 100.
 ??  ?? NOVEDAD. Fosbury impuso con triunfo su salto de espalda en la altura.
NOVEDAD. Fosbury impuso con triunfo su salto de espalda en la altura.

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