AS (Levante)

Otro empate, y van siete En el 84’ Solo Gayà, de rebote, encontró la fórmula para superar a Cuéllar

El VAR le puso la victoria botando al Leganés

- CONRADO VALLE

El Valencia es el rey del empate, que es como no serlo de nada, una corona sin trono. Son ya siete las ‘X’ que ha sellado en la quiniela en 9 jornadas. Los de Marcelino están lejos del habitat en el que debería estar un equipo en el que se han invertido 113 millones en refuerzos. Ayer, inclusive, el Valencia pudo dar gracias por el punto sumado, porque el Leganés, sin tampoco hacer nada del otro mundo, solo defender e incluso mal en los últimos minutos, estuvo cerca de llevarse el triunfo en Mestalla. Ello por la acertada mediación del VAR, que avisó a Iglesias Villanueva de un penalti que no había visto de Garay sobre Óscar. Pero Gayà, casi sobre la bocina, empató y al menos los ché siguen sin perder en su feudo, que es pobre consuelo, porque tampoco han ganado aún.

Pellegrino era central y la cabra tira al monte. Dicho lo cual, tiene mérito lo de su Leganés, que en las últimas semanas le ha ganado al Barcelona, al Rayo y sumado un punto en Mestalla. El Flaco le planteó a Marcelino un partido de los que se le atragantan a su Valencia, un equipo al que le cuesta generar sin espacios por los que correr. Fue un Valencia espeso, sin precisión ni velocidad en la transición con balón. El Valencia solo generó una ocasión digna hasta el descanso, de Gameiro, y las que llegaron a raíz del gol de Gayà, cuando a los pepineros les entró miedo a perder.

La clave del partido estaba en la gestión de la ansiedad; en las prisas por ganar que pudieran entrarle a los blanquineg­ros y cómo jugara con ellas el Leganés. Y los de Pellegrino, al menos eso, lo bordaron. Marcelino, por contra, hizo algo a lo que no acostumbra: desorienta­r a los suyos. Lo provocó cuando sustituyó a Batshuayi por Piccini. Garay y Gabriel se miraban a ver quién sería el lateral. Estaba claro que tenía que ser Wass, aunque éste no se ubicó ahí hasta casi minuto y medio después. Ello con Rodrigo preguntánd­ole a Marcelino quién se colocaba en la banda, si él o Gameiro.

Cuando aún estaban reubicándo­se, el VAR llamó a capítulo a Iglesias Villanuva. Era penalti. El gol de Gumbau puso contra las cuerdas a los ché. Solo Gayà, de rebote, encontró la forma de superar a Cuéllar. A partir de ahí sí, el Valencia llamó a arrebato y tuvo una ocasión tras otra. De Gameiro, Batshuayi, Wass... pero a los ché les cuesta un mundo hacer gol y de ahí tantos empates, aunque ayer, en verdad, hasta puede dar las gracias.

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FRUSTRACIÓ­N. Gabriel Paulista se lamenta por el empate cosechado en casa mientras el árbitro señala el final del partido.
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