Mina y los caprichos del fútbol
Santi Mina, sin saberlo, nos salvó a todos de una buena. Con sus dos goles, evitó que la rueda de prensa de Alemany se convirtiera en un monógrafico de la crisis acuciante del Valencia; la de hoy de Marcelino, en un interrogatorio a un sospechoso; y el partido de mañana, en un juicio sumarísimo. Pero aunque todo eso hubiera sucedido, las cosas seguirían igual. El Valencia estaría vivo en las tres competiciones y con muchos meses por delante para dar la vuelta a la tortilla. La inmediatez y el emitir un juicio de valor hoy para cambiarlo radicalmente en unos días es algo habitual en esto del fútbol.
Por eso hace bien Alemany en templar gaitas. ¿El equipo está en problemas? Sí. Pero para mí está localizado. No es normal empatar tantos partidos seguidos. No es normal llevar sólo siete goles en Liga. Y no es normal que todos tus mejores jugadores (menos Neto) atraviesen un bajón, cada uno por una circunstancia distinta. El Valencia ha convertido el “Ganar, ganar y volver a ganar” de Luis Aragonés en “Empatar, empatar y volver a empatar”. A nadie de los profesionales que forman el grupo le había pasado nada similar nunca. Por eso pienso que esta circunstancia no puede durar eternamente. ¿Y si los goles de Mina son el punto de inflexión? En Copa. Ante un Segunda B. Sí, ¿por qué no? El fútbol es así de caprichoso.