Solari, hasta 2020 Ni Zidane o Del Bosque superan el arranque del técnico argentino
Su arranque es el mejor de cualquier entrenador en la historia del Madrid: cuatro partidos, cuatro victorias, 15 goles y dos encajados
Fue el club el que se apresuró a colgarle la etiqueta de “provisional”, pero las decisiones de y la seguridad que muestra en el puesto (unida a los resultados, impecables) han sido suficientes para que se confirme que tendrá una oportunidad. Ha firmado por lo que queda de campaña y una más.
Lo importante es hacer lo necesario por el bien del Madrid”. Solari no se ha movido de ese discurso en los 14 días que ha estado como interino. Tampoco tras ganar su primer partido grande en Balaídos. A mediodía de ayer, Reuters y AFP informaban simultáneamente de que Solari ya había sido inscrito como profesional en la Federación. Sólo queda por resolver algún fleco sobre su sueldo, pero Pedrerol desveló en Jugones que la duración de su nuevo contrato con el Madrid será hasta 2020.
Es la deferencia que ha tenido el Madrid con un técnico que ha resultado ser el mejor entrenador de la entidad en sus 116 años de historia tras cuatro partidos en el cargo: cuatro victorias con 15 goles a favor y dos en contra (+13). Sólo hubo otros cinco que ganaran sus cuatro primeros partidos, pero tuvieron peor balance de goles. Son Pellegrini en 2009 (+12), Camacho en 2004 (+6), Boskov en 1979 (+5), Enrique Fernández en 1953 (+9) y Paco Brau en 1934 (+7).
Ni siquiera Zidane (tres Champions seguidas y una Liga en dos temporadas y media) igualó los números iniciales de Solari. El francés ganó 5-0 al Deportivo y 5-1 al Sporting, pero empató en el tercer partido en el Benito Villamarín ante el Betis (1-1). Otros ilustres del banquillo blanco tampoco tuvieron un arranque tan brillante como Solari (ver tabla de la derecha).
El argentino se ha aferrado al puesto como antes se aferró a su rol de jugador del Madrid. Lo dijo Valdano, hablando sobre su época como director deportivo, en Onda Cero: “Cada tres meses me reunía con él para invitarle a irse, por circunstancias económicas, y él me decía ‘no’; todo en un tono muy cordial”.
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