FIFA se espanta del Mundial en Sudamérica en 2030
■ La FIFA está espantada por lo que su presidente, Gianni Infantino, vivió en primera persona el pasado fin de semana en Buenos Aires, cuando se quedó perplejo por los graves desórdenes públicos que impidieron que se jugara la final de la Copa Libertadores. Infantino regresó a Europa convencido de que, o mucho cambian las cosas, o la candidatura sudamericana al Mundial 2030 que pretenden organizar conjuntamente Argentina y Uruguay es un imposible. La FIFA no llevará la Copa del Mundo a un país donde no se pudo disputar el Superclásico porque “el estadio y los alrededores fueron escenario de una violencia irracional y aparentemente impune, hacia los jugadores, el público, los niños y las familias que se acercaban pacíficamente al estadio”, como señaló en una carta abierta el presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez.
Infantino volverá el próximo fin de semana a Argentina. El presidente del país, Mauricio Macri, le invitó a participar en el G-20, la reunión de los países más potentes del mundo. Fue un honor previo al bochorno del Boca-River que Infantino aceptó de inmediato. Pero el caramelo se ha envenenado. El presidente de la FIFA, que bien podría haber utilizado el G-20 para alabar las bondades de la Copa del Mundo de 2030 en Sudamérica, pasará a escuchar los avisos del poder mundial de los riesgos de organizar allí el Mundial.
La candidatura de Argentina y Uruguay al Mundial era la favorita para ganar la sede de la edición de 2030 precisamente por cumplirse el centenario de la primera Copa del Mundo, cuya final en su primera edición, en 1930, disputaron Uruguay y Argentina en Montevideo.