AS (Levante)

El Liverpool gana el derbi con una pifia de Pickford en el 96'

En Londres, el Arsenal de Emery golea al Tottenham y entra en zona de Champions

- ALBERTO MUÑOZ

INGLATERRA Jornada de grandes derbis en la Premier protagoniz­ada por dos partidos de locura, el que se levó el Arsenal frente al Tottenham tras una remontada épica y el que ganó el Liverpool contra el Everton con un gol in extremis de Origi en el 96’. Los ‘gunners’, que ya son cuartos, y los reds, que se mantienen en la estela del City, dejaron dos encuentros para el recuerdo frente a su afición.

Si quedaba duda de que Emery es el mejor entrenador que podía fichar el Arsenal, ayer, en el derbi del norte de Londres, se despejaron. Partidazo con mayúsculas de los

gunners, que volvieron encontrar en Aubameyang a su mejor hombre, en los que segurament­e sean los mejores 90 minutos de fútbol que se han visto en la capital este año. Una tormenta de juego y emociones que llevó a los locales a adelantars­e, ver cómo los spurs le remontaba con dos acciones discutible­s, y estallar en la segunda parte con una remontada que tardará en olvidarse (4-2).

El marcador lo abriría desde los once metros Aubameyang tras un penalti por mano de Vertonghen, que terminaría siendo expulsado tras un partido que le quedó grande. Después de 30 minutos en los que el Arsenal maravilló, el árbitro concedió un gol en posición dudosa a Dier y dio un penalti inexistent­e a Son que terminaría transforma­ndo Kane. Ya en la segunda parte, la entrada de Lacazette, que marcó el tercero, y los goles de Aubameyang y Torreira hicieron justicia.

Dentro de la jornada de grandes derbis, el otro clásico, el que enfrentó al Everton con el Liverpool, estuvo a punto de terminar protagoniz­ado por la buena actuación de los porteros y acabó marcado por la pifia de Pickford y la locura posterior de Klopp. Tras otro partido que se le atragantab­a a los reds frente a un rival técnicamen­te inferior, aunque en un encuentro con tanto significad­o que todo puede pasar, los hombres del alemán tuvieron que tirar de corazón para llevarse los tres puntos que le permiten mantener la caza al City.

Alexander-Arnold colgó un balón al área en el 96’ con más fe que otra cosa que fue repelido fácilmente por la defensa toffee, y Van Dijk, intentando terminar jugada, le propinó una patada en la que ni siquiera él mismo creyó, pues se le vio darse la vuelta contrariad­o antes incluso de saber a dónde iba. El globo cayó cerca de la escuadra de Pickford, que intentó evitar el córner rozando la pelota, esta rebotó dos veces en el larguero, y Origi la empujó a placer al fondo de la red para delirio de Klopp, que invadió el campo como un niño, terminando en los brazos de Alisson mientras el árbitro pitaba el final del partido.

Fiesta de Klopp El alemán invadió el terreno de juego tras el gol de Origi en el minuto 96

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