Lección para compradores y vendedores
Si a finales de agosto le dicen a cualquier sevillista que iba a estar cabreado por empatar en Mestalla, no se lo cree. Sobre el papel, la planificación valencianista goleó a la del novato Caparrós y si alguien esperaba que un equipo sacara diez puntos al otro a estas alturas muy pocos hubieran apostado por el Sevilla. Del mismo modo, cualquier valencianista hubiera firmado cuando salió el calendario quitarle el triunfo al Sevilla en el último minuto con un cabezazo, tras la historia que colea con los cabezazos de los de
Nervión en Mestalla.
El caso es que, para unos y para otros, el punto irá haciéndose mejor con el paso de las horas. Cierto es que el Sevilla pudo haber sentenciado el partido y a un rival directo, pero le sigue sacando una distancia de 10 puntos que exige a los de Machín hacerlo muy mal y a los de
Marcelino muy bien para que se iguale. Al Valencia, el muro de la distancia del Sevilla no debe taparle que, con más o menos acierto, lo intentó de todas las maneras posibles hasta el último minuto y ninguno de sus jugadores mostró un mínimo de indolencia. Sin embargo, el punto sumado queda empequeñecido por los pañuelos blancos de una afición que no le pudo dejar más claro a su propietario el hartazgo por la temporada que se está realizando. Deberían tomar nota de lo visto los que quieren comprar al Sevilla. Y los que quieren venderlo, también.