River entra en la eternidad
Ganó en la prórroga un partido tremendo ● Quintero cambió el partido y decidió con un golazo ● Boca cayó a la heroica y con nueve ● Falló el VAR
En un Bernabéu alzado en purgatorio, ganó River y ganó Madrid, España por extensión, en su pretensión de postularse para lo que convenga. Y perdieron Boca y el VAR, que se puso de perfil en un penalti a favor de River. Sucedió en un partido tremendo, agotador, que siempre tuvo dos caras: la festiva y neutral del espectador español y la dramática y extenuante de los contendientes argentinos. Un partido que se alargó al extremo, en los despachos y en el campo. Y que resolvió Quintero en la prórroga con un golazo muy por encima del partido.
Se pierde en la memoria el tiempo que hace que los River-Boca se convirtieron en fútbol epiléptico. Ganar cada pelota se percibe como tomar al asalto una colina. Así fue en los buenos tiempos y así lo es ahora, en que se han empobrecido tanto que sus plantillas están repletas de jugadores a medio hacer o de los que le han dado varias vueltas al cuentakilómetros. A los 50 segundos, el Pérez de River, Enzo, le había metido un planchazo de escalofrío al Pérez de Boca, Pablo. Fue el trailer del partido del que Barros Schelotto recomendaba huir en la víspera. "No vengan, se aburrirán", le faltó proclamar tras su anuncio de duelo trabado y antipático. Nadie le hizo caso, aún a sabiendas de que llevaba razón.
A 10.000 kilómetros de Buenos Aires, lo único que cambió fue el sonido del Bernabéu, más ruidoso que nunca. River propuso sin ritmo y Boca hizo arte de la espera hasta que asomara la oportunidad. Su vitamina es el balón parado, que domina tanto como molesta a su vecino. Y hacia allí, por la falta de precisión, por la vehemencia de los marcajes, por las interrupciones constantes, porque aquello fue tango sin bandoneón, apuntó el partido. Las tres ocasiones de antes del descanso llegaron a pelota parada. Dos fueron para Boca, una volea blanda de Pablo Pérez y un disparo cruzado del mismo, desviado por Casco. La de River sucedió en un córner ensayado, con media vuelta aérea de Nacho Fernández.
El exceso de tensión le fue mejor a Boca, que vive de la emboscada y de la contundencia. River, con mejores futbolistas, no fue capaz de lucirlos. Palacios y Pity Martínez no tuvieron trascendencia en la primera mitad y a quienes les cayó el balón,