AS (Levante)

El Madrid se vuelve vulgar

Bale marcó en Liga 100 días y 40 remates después y mantiene al Real Madrid en la pelea ● El Huesca mereció mucho más ● Courtois, salvador

- MARCO RUIZ REPORTAJE GRÁFICO: JAVIER NAVARRO, JAVIER GANDUL Y GORKA LEIZA.

Con Solari el Madrid también cambia de traje con una facilidad pasmosa, como lo hacía con Lopetegui. De la brillantez (Roma y Valencia) a la vulgaridad más absoluta. No le van los campos pequeños, eso está claro. Cayó estrepitos­amente en Eibar y ayer pudo hacerlo en Huesca ante un colista que lo tuvo sometido durante casi toda la segunda parte. El Madrid fue un desastre sin Isco y Asensio en el campo y con ellos también. El mallorquín estuvo a punto, además, de liarla ya casi al final con un pase hacia atrás surrealist­a. Sólo Odriozola, Marcos Llorente y Courtois mantuviero­n el nivel. Y Bale, cuyo gol (100 días y 40 remates después) sostiene al Madrid en la pelea por LaLiga… Y eso, con esa bipolarida­d (e inconsiste­ncia) en el juego, es mucho decir.

El día no estaba para florituras. Campo pequeño, afición local entregada y viento. Sobre todo, viento. Soplaba tanto en la comarca del Alto Aragón que llegó a dificultar la práctica del fútbol. Una mala noticia para los jugones. Ceballos y Modric lo acusaron. Empezó el Madrid jugando a favor de él y no tardó en aprovechar­lo. Fue en una jugada relámpago. Un buen gesto de clase de Llorente, que encontró el hueco entre líneas para la internada de Odriozola, y un centro de éste que remató de volea con el interior de su pierna izquierda Bale. Lo hizo el galés con la precisión que necesitaba la jugada, como si estuviera acostumbra­do a la adversidad meteorológ­ica por su origen británico. El Huesca pudo haberse adelantado antes y después de ese momento, primero por medio de un cabezazo en el segundo palo que Etxeita tiró fuera (tras saque de esquina) y después por un chutazo de Ávila que encontró bien colocado a Courtois.

Lejos de mejorar su juego con el viento a favor (por lo meteorológ­ico y por el gol marcado) el Madrid terminó durmiéndos­e en el campo. El Huesca lo aprovechó para empujar y meterse en el partido gracias a la actividad de Cucho Hernández y Chimy Ávila en el frente de ataque. Moi Gómez encontraba la colaboraci­ón de Melero, que había entrado en el campo por el lesionado Aguilera dando más combinació­n y llegada al equipo local. Pero si por algo malvive el Huesca en Primera es por su falta de gol… El Madrid sólo había intentado dos remates en la primera parte, la cifra más baja de toda la temporada.

La segunda parte empezó con un sustazo para el Madrid. Melero la picó fuera de cabeza, incomprens­iblemente, cuando lo tenía todo a favor… hasta el viento. El Huesca aprovechó la inercia y desató un pequeño vendaval ante la portería del Madrid que se prolongó, a veces con menos intensidad y otras con más, hasta el final del partido. Todo el plan estaba dirigido por Melero y Ferreiro, éste último un quebradero de cabeza para Odriozola, que nunca se descompuso y que se había proyectado antes en ataque con tanto ánimo. Pero Courtois era un muro. Lo fue ante dos ocasiones, precisamen­te, de Ferreiro y Melero. Y ese fue el instante en el que reaccionó Solari.

Valverde fue su primer cambio. Entró por el invisible Ceballos. Es la segunda vez que el uruguayo juega por delante de Isco (también sucedió ante el Valencia). Y cuando el de Arroyo de la Miel sustituyó a Modric el partido tampoco se movió ni un ápice de donde lo tenía el Huesca, con el Madrid en la lona y sumido en la inoperanci­a... El Huesca no pudo hacer más que mantener el suspense hasta el final, hasta el descuento, en el que incluso Jovanovic subió a rematar un córner. El equipo altoaragon­és lo tuvo cerca, mucho. Era el día en el que, como decía Francisco, podía cambiar su inercia en esta Liga. Pero a veces no basta jugar bien. Y menos ante el Madrid.

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