Fuego real para Garitano con el Girona tras la Copa
Estreno en casa del técnico rojiblanco, relevo de Berizzo
EI Girona sale a San Mamés con la amenaza de fuego real tras las balas de foguero en Copa ante un Huesca que no se lo tomó en serio. Garitano debuta como técnico del Athletic en Liga y en casa. Si en el torneo del KO hubo un 4-0 en la ida que no sirvió para levantar el ánimo, el nuevo entrenador de los leones espera que la repetición de esa paliza, pero a domicilio, reactive al fin a un grupo moribundo, que debería meter un 5-0 para salir de zona de descenso.
La prueba es mayúscula: no aterriza en San Mamés el colista precisamente, lo hace un Girona pletórico, con una racha de ocho partidos sin perder entre Copa y Liga, y, de la mano de Stuani, uno de los grandes goleadores del curso, quiere asaltar los puestos europeos.
Garitano ya ha marcado su filosofía, la misma que triunfó en Eibar y que desarrollaba en el filial rojiblanco: más orden, más utilización de las bandas y rigor defensivo juntando más las líneas. Es un asiduo del 4-2-3-1. Esta vez sabe que tiene que proteger muy bien la medular y los costados, por los cinco centrocampistas que alinea Eusebio. Se estrena en casa con bajas importantes en la zaga: Yuri, Iñigo y Nolaskoain están lesionados, y Balenziaga aún no tiene el alta.
El Girona está sobreviviendo a una plaga de bajas: las últimas, las de Bono y Roberts. Jugará Iraizoz bajo palos en un campo que le es familiar, mientras que al británico lo suplirá Portu para formar un ataque temible con Stuani. La gran duda, en el carril izquierdo. El Girona tiene lesionados a los cuatro futbolistas que se desenvuelven en esa zona (Mojica, Aday, Planas y Muniesa) y tiene que elegir entre desplazar a la banda a Granell (así lo decidió Eusebio ante el Atlético) o apostar por Valery, del filial.