Conato de motín en los Chicago Bulls
Pésimo ambiente en la franquicia
No está siendo una temporada fácil para Chicago Bulls. Últimos del Este (6-21), han despedido al entrenador Fred Hoiberg y han puesto en su lugar al que era su ayudante, Jim Boylen.
El sábado sufrieron la peor derrota de su historia, 77-133 ante los Celtics, y Boylen enseñó la mano dura por la que ya se le conocía en el vestuario. Durante el partido, el técnico cambió dos veces a todo el quinteto de golpe, algo que no gustó nada a los jugadores, teóricamente porque quería programar un entrenamiento intenso al día siguiente, algo nada habitual en tramos muy cargados del exigente calendario de la temporada regular.
Pero los jugadores no querían ese entrenamiento y estaban enfadados por las críticas de Boylen, que han pasado a ser públicas con su ascenso a entrenador principal: su preparación física, su dureza defensiva... “Nuestra actitud no es algo que se deba cuestionar”, dijo Zach LaVine. Algunos veteranos trataron de convencer al cuerpo técnico de que anulara ese polémico entrenamiento, que se mantuvo, así que la plantilla decidió plantarse.
Esta barajó reunirse en una casa o acudir a la pista de entrenamiento y abandonarla también en bloque. Finalmente, jugadores como Lauri Markkanen y Robin Lopez convencieron al resto de que darían una imagen poco profesional después de una derrota tan dura y se optó por dos reuniones para tratar de aligerar tensiones, una solo de los jugadores y otra, ya sí, con miembros del cuerpo técnico.