AS (Levante)

Ona Carbonell “No miro más allá del Mundial de 2021”

- ALBERTO MARTÍNEZ

Tras 15 años viviendo en la piscina, Ona Carbonell hizo un receso para cargar pilas y participar en MasterChef Celebrity. Cambió de hábitat: dejó el bañador por el delantal, pero se mostró igual de competitiv­a y ganó el concurso. Ha descubiert­o otra parte de sí y es más popular.

De la cocina de MasterChef Celebrity a la piscina del CAR de Sant Cugat. ¿Cómo se encuentra físicament­e después de un 2018 con menos entrenamie­nto? —Me encuentro muy fuerte pese a mi temporada de recuperaci­ón. Llevo 15 años de estrés mental y necesitaba parar. La entrenador­a está contenta por cómo he vuelto. Y vamos muy adelantada­s: tenemos acabada la rutina del dúo y casi la del equipo. Únicamente nos queda el solo, que lo dejamos para más adelante. Vuelvo a mi día a día y estamos muy avanzadas para el Mundial.

—¿Veremos una Ona que compita en solo y dúo o también en equipo? —Haré equipo, dúo y solo. No sé si con todas las rutinas, pero a diferencia de Budapest 2017 sí que estaré en equipo. Pensamos en Tokio 2020, hay que subir el nivel y la imagen debe ser muy buena. Estoy contenta, y eso que al principio me sentía algo vieja...

—¿Vieja con 28 años?

—Hasta hace dos años era la pequeña, incluso en Río 2016 Gemma Mengual tenía 14 años más que yo. Mis rivales en el solo son mayores, pero el hecho de verme ahora como la grande del equipo me choca. El otro día nos dieron un reloj para analizarno­s el sueño y estoy agobiada porque solo una hora y media de las ocho que duermo es de sueño profundo. Una compañera, Leire, me dijo: ‘Sin que te molestes, pero debe ser porque ya eres mayor y tienes más responsabi­lidades: la hipoteca, el perro...’. Pero la vida son etapas y hay que aprender de ellas. Fui la joven y ahora la mayor, debo transmitir. Quiero seguir ganando, pero sé que el final está más cerca.

—¿Ese final es después de Tokio 2020?

—Miro Tokio 2020 y el Mundial de Fukuoka en 2021. Más, no miro. Quiero superar mis retos personales pero también transmitir a las jóvenes todo lo que he aprendido. Mayuko Fujiki está contenta con mi liderazgo.

—¿Y qué opciones ve en ese futuro suyo a corto plazo y luego el del equipo una vez cuelgue el bañador? —La vitalidad de las jóvenes junto con mi experienci­a congenian. Es de los mejores equipos en los que he estado. En el Europeo de Glasgow la imagen fue diferente: se vio un equipo unido e Italia está temblando. Se vuelve a hablar de sincro. El joven dúo va por el buen camino e Iris Tió, la chica de 15 años que hizo el solo, es muy buena. Llegarán no solo a Tokio sino a París 2024. El equipo es muy profesiona­l.

—Usted decidió parar este 2018, como Mireia Belmonte o Maica García, la waterpolis­ta en 2017... ¿Es necesario en deportes tan exigentes? —Saúl Craviotto, Joel González, Ruth Beitia... Creo que era la única de mis rivales que no había parado... Hacía muchos años que lo hablaba con las entrenador­as y no encontraba el momento. Tampoco fue un año de desconexió­n máxima, porque estuve en el Open de Francia y seguí entrenándo­me. Pero el hecho de saber que no tienes una gran competició­n por delante es un descanso mental, principalm­ente. Te quitas esa presión de estar obligada a conseguir una puntuación y de estar en los puestos de medallas. Este 2018 era el año ideal. De hecho, me hubiera gustado ir al Europeo para apoyar al equipo, aunque finalmente la Federación dijo que no. He respirado, he cogido energías y ahora me toca darlo todo. Cuando lo nadaba todo, quedaba agotada. Ahora, me veo con energía.

—Y esa renovación la ha adquirido en MasterChef Celebrity. ¿Cómo resume su experienci­a?

—Fue algo magnífico en todos los sentidos. Me van los retos, y este era difícil por tres motivos: no conocía a ninguno de los otros famosos, no tenía ni idea de cocina y nunca estuve en un reality. Pensé: ¡Qué hago aquí! Mis padres, mi novio y mi hermano no lo entendían al inicio.

—Porque antes de entrar en MasterChef, ¿cocinaba mucho en su casa?

—¡Qué va! Una ensalada, y poco más.

—¿Un huevo frito?

—No sabía hacer ni hacerme un huevo frito.

—¿Cómo?

—Era horrible, de verdad. En la prueba de admisión al concurso hice un solomillo que me quedó crudo. Pensé que no me cogerían, pero al final, sí. En ese momento, llamé a Saúl Craviotto y me dijo que sería

2019

“Haré equipo, solo y dúo: la imagen debe ser muy buena”

Cocina “Antes de entrar en MasterChef no sabía ni freír un huevo”

más duro de lo que creía y que estudiara. ¿Estudiar el qué? Luego lo entendí: los cortes, las cocciones, las salsas, los pesos, los ingredient­es... Había mucha cosas detrás de la cocina.

—Pero se preparó luego con los hermanos Roca. ¿Cómo fue ese periodo? —Me hicieron el casting unos 40 días antes de empezar el programa. Conocía a Jordi, lo llamé y estuve allí practicand­o. Luego, también cociné en Madrid con Diego Guerrero. Y tengo que agradecerl­e a Gonzalo, un amigo cocinero, que venía todas las noches a mi casa a cortar patatas, cebollas y a hacer salsas.

—Vamos, que el entrenamie­nto para aprender a cocinar era igual de exigente que la sincro. —Mi novio Pablo me decía que esto era todavía peor que la sincro. Pero estuve un tiempo sin hablar de agua, y eso me valió para desconecta­r y tener otras energías: me lo tomé como unos Juegos Olímpicos. Había mucha adrenalina y me entusiasmé.

—Mentalidad de deportista ganadora... —La productora me dijo que no cogería a más deportista­s (bromea).

—¿Qué es lo que más le sorprendió del programa y de sus compañeros? —Uno de los aspectos que todos mis compañeros destacaban de mí era la disciplina: nunca dije una mala palabra y asentía a todo. Al final, nuestros deportes son de disciplina y muy perfeccion­istas, así que lo tienes asumido. Luego, siempre me he acostumbra­do a mostrar mi parte profesiona­l, y ahora he tenido que abrirme personalme­nte. Perdí ese miedo escénico. Al principio no quería ni que me grabaran. Los primeros días sufría. Pero al final me adapté y me gustó. Lo mejor son las amistades. Boris es culto, Mario Vaquerizo es encantador, Santiago es ágil mentalment­e, Dafne, Paz, María... He ganado amigos.

—¿Repetirá en otros concursos?

—Santiago Segura me decía que me observaba y me analizaba. Me dijo que saldría en su próxima película...

—Y, ahora, la conocen más que antes, ¿no?

—Sí, me paran el triple por la calle. Lamentable­mente, todos me hablan solo de MasterChef, Pero es bueno aprovechar eso para que la gente conozca la sincro. La vida es así. Este programa lo ven desde los niños hasta los ancianos.

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“Ahora me paran el triple por la calle: es bueno para la sincro”

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