Vitolo, el Pizjuán y un fichaje con más ruido que nueces

Aún no ha sido titular en Liga y regresa por cuarta vez a Nervión

Lesión Un esguince de rodilla le frenó en agosto: ha jugado 516’, el 18º de la plantilla Hostilidad Hubo gritos y pintadas en las anteriores visitas al Sevilla con Las Palmas y Atlético

El calendario le tenía reservada una sorpresa a Vitolo para el Día de Reyes: la visita al Sánchez Pizjuán, la cuarta desde que salió del Sevilla, una con Las Palmas y ya tres con el

Atlético. Si bien la crispación hacia él se ha rebajado, en parte también porque su rendimiento ha estado por debajo de lo esperado, esta tarde le recordarán que allí nunca será el hijo pródigo. El canario, de inicio, vivirá el reencuentro con su antigua afición en el banquillo.

El jueves se cumplió un año de su debut con el Atlético y, a estas alturas, no se ha hecho fuerte en el equipo. Bien por lesiones propias, bien por el rendimiento suyo y de sus compañeros, Vitolo no termina de dar un golpe en la mesa. Para muestra, un dato: Adán y él son los únicos que no han sido titulares aún en Liga. En el global del curso sólo ha entrado en el once en Copa y acumula 516 minutos, superando a Gelson (447’) y Adán (180’) nada más. Una lesión de rodilla le frenó en el inicio de la competición. Ahora trata de convencer en los ratos que le va dando el Cholo, que confía mucho en él, igual que la afición. La temporada pasada se quedó en 1.053 minutos: de los 34 partidos en juego desde el 1 de enero, él participó en 23; sólo 13 de ellos como titular.

Por todo esto, unos números por debajo de las expectativas y agravantes irónicos como que el curso pasado se quedó sin jugar Champions mientras el Sevilla llegaba a cuartos, los ánimos de la afición se han enfriado un poco en la víspera de esta llegada del Atlético. No será bien recibido, pero no se le está esperando. Aquella polémica operación exprés del verano de 2017 va quedando lejos.

Enredado. En 48 horas se pasó del anuncio de José Castro de la renovación de Vitolo con el Sevilla a su fichaje por el Atlético, que maniobró fugazmente y aprovechó que ese nuevo contrato aún no estaba firmado por el jugador para convencerle y pagar los 35,7 millones de su cláusula de rescisión. Y el canario se fue cedido a Las Palmas, con quien visitó por primera vez el Pizjuán, apenas un par de meses después. Fue recibido con pintadas de “traidor” y gritos de “perro” y “Vitolo, muérete”, además de llevarse varios golpes de rivales, con Mercado a la cabeza. A la hora de partido, Vitolo salió del campo con molestias y bajo una bronca ensordecedora.

El azar fue caprichoso y con el Atlético regresó otras dos veces. Primero en Copa, en enero. Fue suplente y no llegó a salir. Aun así, con 3-1 en el marcador y el Atleti casi eliminado, la grada se acordó de él con un burlón “saca a Vitolo, Cholo saca a Vitolo”. Un mes después, en Liga. Y se desquitó en parte: entró en el minuto 70 y el Atleti ganó 2-5, con él y con Gameiro, otro enemigo de la grada, sobre el campo.

Esta tarde toca la cuarta, con Vitolo centrado en alcanzar su mejor nivel, justificar por qué es el quinto fichaje más caro del Atleti y demostrar que las polémicas han merecido la pena. El Pizjuán no se lo pondrá fácil.