Medrán decidió en Zorrilla con un gol a los 27 segundos
Dimitrievski fue protagonista al detener un penalti en el 87’
El Rayo Vallecano encadenó su segunda victoria consecutiva gracias a un gol en el primer minuto. A partir de ahí el Valladolid dominó, tuvo ocasiones, incluso un penalti, pero no acertó y suma su quinta derrota en casa, una cuestión preocupante pero no alarmante gracias al rendimiento a domicilio y los 21 puntos de los pucelanos en la tabla.
Medrán tardó poco en hacer olvidar a Imbula, sancionado. Apenas 27 segundos, cuando el Rayo Vallecano hizo su primera llegada y el cordobés finalizó una triangulación entre Moreno, Embarba y él mismo. El Valladolid parecía no haber comparecido y todavía tardó porque De Tomás se fue de Olivas y estrelló su disparo en Masip. No habían pasado dos minutos y los vallecanos tenían el partido soñado. Con ventaja, su defensa de cinco, sin complejos, y con una línea de cuatro por delante, el equipo de Míchel se convirtió en un frontón al que el Valladolid no supo atacar. Sólo Toni Villa entendió que había que entrar por los lados para crear peligro, pero Unal no llegaba nunca. La ocasión más clara la tuvo Keko cuando acababa la primera parte. Nacho y Plano se asociaron por la izquierda y el centro del lateral lo remató el extremo, pero entonces se encontró con Dimitrievski.
Sin fortuna. En la segunda parte, el Real Valladolid apretó, pero no agobió. Tuvo ocasiones, pero con cuentagotas y procedente de arreones, no de una continuidad en el juego. El Rayo, bien cerrado con De Tomás como una isla a 30 metros, despejaba todos los balones frontales y no sufría demasiado. Los de Sergio no tenían el día. Ni siquiera en balones parados. Sólo Keko creó peligro real en un eslalon desde la derecha hacia el centro, disparando y provocando una gran intervención, de nuevo, de Dimitrievski. El Valladolid remaba, espeso, con más corazón que cabeza y de la rabieta llegó el penalti. Cop acudió a un duelo con Ba, el croata llegó antes y recibió la patada del senegalés en el 87. El partido blanquivioleta era nublado y el portero macedonio detuvo el lanzamiento de Míchel que completaba su partido más horrendo. No se rindió el Valladolid, pero Dimitrievski estaba empeñado en ser el héroe del partido y sacó un lanzamiento a la escuadra de Nacho para salvar a un Rayo que respira.