AS (Levante)

El Madrid desempata con el Olympiacos y Spanoulis

Supera ya a ambos en los duelos directos en un gran día de Randolph

- RICARDO GONZÁLEZ

Ritmo blanco Ayón leyó bien su ventaja y Campazzo hizo bailar a sus compañeros

El Real Madrid logró una victoria de prestigio en el duelo entre los dos mejores equipos en lo que va de década. Un triunfo que vale doble por el averaje y que sitúa a los blancos a un paso de cerrar su pase a cuartos. Partidazo de Randolph: 16 puntos y 8 rebotes.

El pulso entre los dos mejores de la década, dos títulos y cuatro finales cada uno, se resolvió con un doble éxito del Madrid. Victoria y averaje a favor (88-83 de El Pireo). Otro impulso, este de enorme valor y calidad, en la carrera de los de Laso por colarse entre los cuatro primeros, donde se dibuja la línea que da la ventaja de pista. Un triunfo que rompe el empate en la batalla con el Olympiacos en lo que va de siglo (15 a 14 ahora en el balance) y en los duelos ante Spanoulis, ya sea de rojo o de verde del Panathinai­kos (12 a 11 para el Madrid).

Una actuación convincent­e después de un par de tardes grises (Estudiante­s y Gran Canaria). Vino a juntarse el hambre, representa­do por la baja de Milutinov, el titán de David Blatt, con las ganas de comer, las de Randolph y Ayón. Partido completísi­mo del estadounid­ense, esta vez en todo el campo y de principio a fin. A su clase mundial en ataque unió rebote y atención defensiva. Manos rápidas y concentrac­ión para robar hasta tres balones y terminar con mates fulminante­s que dieron aire a los suyos. Como se lo dio Ayón, que leyó bien su ventaja cerca del aro. Aguantó, pasó, cargó y danzó en la zona.

El Real recuperó su cara más divertida, la que envidian los directivos de sus rivales. Volvió la alegría en parte también por Campazzo, que se encontró cómodo de nuevo tras la polvareda artificial levantada por la acción en la que se lesionó Shengelia. Hizo bailar a sus compañeros y a sus rivales, sujetó, además, muy bien a Spanoulis, que anotó diez puntos en sus siete primeros minutos en pista cuando coleccionó hasta cuatro defensores. Empezó Llull y siguieron Taylor, Campazzo y puntualmen­te Causeur. De ellos, sobresalió Facu, que aguantó además con tres faltas desde el tercer cuarto. Taylor tuvo también ración de aplausos, pero más en el cara a cara con Williams-Goss, el verdugo de la ida. Y añadió tres triples sin mácula.

Noche de las de lucir en individual y como grupo. Deck, por ejemplo, salió de inicio como alero y volvió invisible a Papanikola­ou, azote del Baskonia el martes. Jugar en casa, en un Palacio lleno y ante semejante adversario motiva a cualquiera. Los blancos arrancaron con porcentaje­s de otro planeta (82% de dos y 70% de tres) para el 54-41. Luego Randolph elevó la renta a 19: 91-72. El Madrid manda ya sobre el Olympiacos, y sobre Spanoulis. No es poco.

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A GRAN NIVEL. Ayón lanza ante la mirada de Papanikola­ou y la defensa de LeDay y Printezis.

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