AS (Levante)

Peterhanse­l y Despres “El Dakar no es divertido”

Stéphane, ganador de 13 ediciones, y Cyril, vencedor en cinco, ambos pilotos de Mini, charlan con As sobre su vida en la carrera del desierto. “Cada enero me juro que no vuelvo”, dice ‘Monsieur Dakar’

- JESÚS BALSEIRO PISCO (PERÚ)

Despres

“El único momento de verdadera diversión es cuando te subes al podio”

Peterhanse­l

“No echo de menos la moto, me encanta pero nunca volvería a hacerlo”

Despres

“En moto ves más y sientes más. Estás más cerca de los elementos”

—-Dejaremos de lado las clasificac­iones, los problemas del coche, las dunas… ¿se están divirtiend­o en este Dakar?

—Stéphane Peterhanse­l: Es una mezcla de diversión y estrés. Intentamos dar nuestro máximo, hay una victoria al final y nunca es algo relajado o cómodo. Por momentos te diviertes, pero yo diría que hay más estrés que diversión.

—Cyril Despres: Tienes algún flash de 10 o 20 kilómetros de diversión. Pero, sinceramen­te, nunca he tenido un día divertido al completo.

—S.P.: Cyril es como yo, normalment­e siempre hemos luchado por la victoria. En esa situación esto deja de ser divertido. El Dakar es tu objetivo del año, tienes que ser bueno en esta carrera. El Rally de Marruecos, por ejemplo, no se puede comparar. Con tanta responsabi­lidad y presión dejas de divertirte. No se tú, Cyril.

—C.D.: Sí, para mí el único momento de verdadera diversión es cuando te subes al podio después de haber dado lo mejor de ti, con pasión por lo que haces y con amor, en ese momento es divertido. Fue divertido cinco veces para mí (se ríe).

—-Y 13 veces para Stéphane. —C.D.: Sí, pero… (piensa unos

segundos) diversión no es una palabra que use mucho.

—S.P.: Como dice Cyril, ‘diversión’ no es una palabra válida para el Dakar.

—C.D.: Hace unos días pasamos 13 horas metidos en un coche. Eso no tiene nada de divertido, aunque sabemos a qué venimos. Lo que nos gusta es alcanzar un objetivo, pero el proceso para alcanzarlo, los esfuerzos durante tantos meses, los entrenamie­ntos… Quizás ver el Dakar por televisión es divertido, o espero que al menos para ti, que eres periodista, sea divertido estar aquí.

—-¿Se imaginan un mes de enero libre? ¿De vacaciones?

—S.P.: A mí me pasa todos los años lo mismo. Estoy aquí jugándomel­a durante 15 días, a veces con una victoria, a veces con un mal resultado, y me pregunto que para qué tanto trabajo, tanto compromiso, tanto estrés… quizás es demasiado, tengo que parar. Pero dos meses después digo: ‘¡Mierda!, al final necesito esa adrenalina’.

—-Cada 20 de enero juran que es el último…

—S.P.: Eso es, me digo que no vuelvo.

—C.D.: Yo soy un poco más joven que Stéphane, he competido menos, pero estoy muy orgulloso por haber acabado 17 dakares en 18 participac­iones. Aquel que no terminé estaba en enero en mi casa y no tuvo nada de divertido. Me ha pasado una vez y fue muy duro, así que no se me ocurre nada mejor para emplear mi tiempo en enero que venir aquí.

—-Los dos han corrido en motos y en coches. ¿Seguirían corriendo en moto si no fuera tan peligroso?

—S.P.: Ahora cuando veo el nivel de los pilotos de motos, que son muy rápidos, me siento muy viejo para hacer algo así. No lo echo de menos, para nada. Me encanta, pero nunca volvería a hacerlo.

—C.D.: He disfrutado mucho de mi vida sobre dos ruedas, durante muchos años ni siquiera me imaginaba que pasaría a los coches, pero en cuanto lo hice vi el deporte desde otra perspectiv­a y me parece imposible ir en moto ahora. Es muy exigente, demasiado, aunque en el fondo soy un piloto de motos, desde muy joven es mi pasión y aún no entiendo del todo las sensacione­s de un piloto de coches. Me siento encerrado.

—-Le dan ganas de apoyar la pierna en el suelo. —C.D.: Sí, algunas veces, y echas de menos la libertad que tiene un piloto de motos.

—-Los pilotos de motos ven más cosas que los pilotos de coches.

—C.D.: Ves más y sientes más. Estás más cerca de los elementos, sientes el calor, lo hueles. El frío, la nieve, la lluvia. —S.P.: Eso es.

—-Ahora comparten equipo, ¿cómo es eso?

—C.D.: Realmente no corremos juntos, yo sólo corro junto a mi copiloto.

—S.P.: Además no luchamos en la pista, tú compites contra el tiempo. Nunca te encuentras directamen­te contra tu competidor, o pocas veces, aunque mi espíritu con Cyril es el mismo que antes con Nani, venimos de la moto, nos entendemos y si nos podemos ayudar, lo haremos. Cyril lo ha hecho varias veces conmigo, y yo lo he hecho con él. El espíritu de los pilotos de motos es bueno.

—-¿Cuál de ustedes era mejor piloto de motos? —C.D.: En trial, seguro que yo.

—S.P.: Él era más profesiona­l que yo, ganó cinco. ¿En cuantas participac­iones?

—C.D.: Muchas. ¿Catorce? —S.P.: Catorce. Y era muy estricto en su preparació­n, el físico, la moto, la navegación... Aunque por velocidad probableme­nte yo era más rápido porque yo venía del Enduro y gané dos veces el Mundial. Cyril no empezó en Enduro, empezó en Trial. Como Bou. Pero probableme­nte ahora sea más rápido, porque es más joven.

—-Mucha gente piensa que era más difícil ganar el Dakar en motos en la época de Coma y Despres, o en la de Peterhanse­l, que ahora. ¿Qué opinan? —C.D.: En la época de Stéphane había muchos competidor­es, pero él les ganó a todos. En mi época éramos dos, Marc y yo, y el resto no estaban a ese nivel. Ahora hay muchos más pilotos, pero…

—S.P.: No hay un líder, hay seis o siete capaces de ganar. Es una carrera muy interesant­e.

—C.D.: Muy abierta, no puedes decir quién va a ganar.

—S.P.: En la época de Cyril y Marc ya sabías que iba a ganar uno de los dos.

—C.D.: ¡Pero los otros también lo intentaban!

—S.P.: Sí, pero tu nivel era más alto. Ahora es muy interesant­e.

—-Este año se han intercambi­ado los copilotos. ¿Hacen alguna comparació­n? —S.P.: No, David nunca ha comparado.

—C.D.: Las especiales cambian, los coches cambian y los errores también cambian, sean del piloto o del copiloto.

—-¿Aún comparten caravana? —S.P.: Sí, él limpia y yo me encargo del aire acondicion­ado.

—-¿Son buenos vecinos?

—C.D.: ¡Claro! Él trae queso de Suiza y yo, la carne de Andorra.

—S.P.: Cuando estaba con Nani era parecido. Ya le digo, los pilotos de motos somos más simples y es más fácil que pasemos tiempo juntos.

—C.D.: Los dos tenemos nuestro sitio, él al fondo y yo delante. A la mitad está el frigorífic­o.

—¿Qué echan de menos cuando vienen aquí?

—S.P.: Antes, en África, echabas de menos una buena cama y una buena ducha. Ahora lo tenemos, también hay teléfonos, es más fácil venir.

—-¿Y qué echarán de menos cuando dejen de venir? —C.D.: La vida sería más aburrida sin correr. El primer año que deje de venir creo que será un mes de enero muy aburrido. No puedo ni imaginarlo, no venir al Dakar será muy aburrido.

—-Muchas gracias, buen Dakar.

—S.P.: Muy bien, fue divertido.

— C.D.: ¡De nada! (en

castellano).

Peterhanse­l

“Cyril y yo nos entendemos y si nos podemos ayudar, lo haremos”

Peterhanse­l

“En África echabas de menos una buena cama, aquí hay hasta teléfonos”

Despres

“La vida sería más aburrida sin correr el Dakar. No puedo ni imaginarlo”

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SONRIENTES. Cyril Despres y Stéphane Peterhanse­l posan divertidos antes del inicio del Dakar.
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EN RUTA. Peterhanse­l rueda con el Mini por un camino del Dakar dejando el rastro de arena a su paso.

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