Sexta de Tom Brady
Los Patriots ganan 3-13 torturando a unos irreconocibles Rams
Sólidos Los Patriots dominaron a los Rams en todo momento
Los Patriots ganan su sexta Super Bowl y empatan con los Steelers como equipo con más anillos.
Julian Edelman fue elegido MVP después de un partido perfecto en el que sumó 141 yardas de pase.
Otra vez lo hicieron. Los Patriots ganaron su sexta Super Bowl. Tom Brady y Bill Belichick engrandecieron aún más su leyenda cocinando a fuego lento a unos Rams que alardeaban de tener el segundo mejor ataque de toda la NFL, que metían de media más de treinta puntos por partido, y que solo fueron capaces de anotar un mísero field goal en más de tres horas de batalla. Tres puntos que no sirven ni para maquillar el desastre.
Parecía que los Patriots estaban jugando en su propio estadio. Los Rams, recién trasladados desde St Louis a Los Ángeles, no tienen aún muchos seguidores y se notó en las gradas, volcadas con los colores de New England desde el primer al último minuto.
El ambiente era el de una olla a presión, pero el partido no fue bonito. Cuando los Patriots juegan como le gusta a Bill Belichick, su entrenador, no son espectaculares ni despliegan fuegos artificiales. Simplemente torturan a los rivales. Les ponen la zanahoria delante de la boca y les hacen creer que la victoria está a su alcance aunque en realidad estén ya muertos.
Los Patriots apelaron a una defensa agresiva que atropelló durante toda la noche a Jared Goff, el quarterback de los Rams, desencajado del primer al último minuto. Una vez colapsado el ataque rival, los de Boston no tuvieron prisa por sentenciar. No hacía falta. Corrieron con insistencia para controlar el tiempo del partido y cansar a la defensa de los Rams, que en un esfuerzo titánico mantuvo vivos a los suyos casi hasta el final.
Por fin, en el momento decisivo, New England apretó el acelerador y sacó todo el fruto del trabajo anterior. La defensa de los Rams estaba con la lengua fuera y Tom Brady había encontrado los resquicios por los que entrar a matar. Conectó con un excelso Julian Edelman y el eterno Rob Gronkowski para atravesar el campo y sentenciar la final. Sony Michel, su corredor estrella, entró en la end zone y marcó el touchdown que devolvía a los Rams a la triste realidad. Porque, como dijo después de la derrota Andrew Whitworth, jugador de los Rams: “Al final del día, todos vamos a morir”. Y es que estos Pats no te ganan. Te matan.