El Bernabéu va a rugir
El Madrid se fue con la sensación de haber dejado escapar vivo al Barça. Pudo mandarle a la lona de forma definitiva, pero en el segundo tiempo se fue Vinicius, entró Bale y el Clásico se durmió...
El baile de ‘Vini’.
Es un crío pero ya se ha matriculado en las dos plazas más prestigiosas del fútbol mundial. Vinicius juega en el Bernabéu
como si fuese el patio de su casa. Y en el Camp Nou
firmó un primer tiempo que me trajo a la memoria una exhibición que ofreció Laurie Cunningham en un Clásico jugado en feudo azulgrana en 1980 (0-2), que acabó con los culés aplaudiendo al
Madrid (quizás la única vez que uno recuerde). El brasileño tiene sólo 18 años, pero juega con el desparpajo de un veinteañero y la inteligencia de un veterano. Su alianza con Benzema sigue dando muchos beneficios en el
IBEX del Madrid. Una sociedad ilimitada. De ellos nació el gol de Lucas Vázquez, el jugador que nunca desfallece, que siempre está, que rema río arriba y que, si se tercia, encima la enchufa y te mete el gol de la esperanza. Como bien dijo Solari tras el match: “Lucas es solidario y es valiente”. Amén.
Factor Messi.
La diferencia entre el 5-1 de LaLiga, asumiendo que el Madrid estaba hecho unos zorros y que el bueno de Lopetegui estaba sentenciado, pasase lo que pasase, es que aquel día los blancos salieron al Camp Nou dormidos, sin energía, sin entusiasmo, como si la ausencia de Messi les hubiese metido en un relajante jacuzzi. Esta vez no fue así. La baja del argentino espoleó aún más a un Madrid que mereció llevarse al descanso un botín mucho mayor. Faltó pegada, pero los sustos de la grada sonaban hasta en las ondas del Carrusel...
Marcelo, Marcelo.
Solari se ha ganado el respeto de la afición del Bernabéu por su firmeza en la toma de decisiones. Ha sentado a Isco (quiero pensar que no sea de forma definitiva), dio suplencias a Marcelo, en este duelo copero sentó a Casemiro (en beneficio de Marcos Llorente, cuya lesión es la peor noticia del día) y también dejó fuera al intocable Bale, que desperdició la última media hora del Clásico en detrimento de Vinicius (craso error). Pero el argentino ha vuelto a insistir con Marcelo. Reguilón no estuvo ni en el banquillo. Una decisión de alto riesgo. Marcelo no está para estos trotes. Pone voluntad y eso es casi cruel, porque le cogen la espalda con una facilidad pasmosa y él lucha por recular a tiempo... pero llega tarde y mal. Repasen el vídeo del 1-1 y lo comprobarán. Solari está intentando ser justo con todos, pero le falta aprobar la asignatura de Reguilón. Seguro que en el derbi del Wanda el canterano tendrá su oportunidad. Es la única muesca que le falta al implacable revólver de Solari...
Pura vida.
Keylor no volverá a jugar hasta la vuelta del día 27, pero eso no merma su rendimiento. En el primer tiempo sacó una mano imperial a Luis Suárez (al que Mateu perdonó la expulsión pese a decirle con la mano que tenía mucha cara) y salvó un mano a mano con Malcom. Tiene asumida su suplencia, pero está al 100% y en perfecto estado de revista. Un soldado siempre en alerta.
El santuario.
El partido del 27-F debe convertirse en una pesadilla para el Barça. Ya está bien de ponerle alfombra roja como ha sucedido en los últimos años. El ambiente del Bernabéu debe reeditar las famosas noches europeas del santuario de La Castellana. Hay que ir al estadio como si fuese un Clásico de Champions, no de Copa. Que el ambiente sea infernal, que el rugido de la grada se escuche desde la Plaza de Castilla, que a Messi le aturda el aliento de las tribunas... O sea, el Madrid de toda la vida.