Adiós al creador del HANS, el ángel de la guarda del piloto
El invento de Hubbard salva vidas
Robert Hubbard fue profesor de ingeniería biomecánica y ciencia de materiales en la Michigan State University hasta su jubilación en 2006, pero antes de ejercer la docencia trabajó en General Motors investigando y desarrollando maniquíes para test de impacto. Además había hecho un doctorado sobre las propiedades mecánicas del hueso del cráneo mientras trabajaba en el instituto de seguridad en carretera de Michigan. Todo este bagaje le hizo llegar a la conclusión de que los pilotos morían en los accidentes, como principal causa, porque sufrían fracturas de la base del cráneo al no llevar la cabeza bien sujeta.
El fallecimiento de Patrick Jacquemart, amigo de su cuñado y piloto Jim Downing, fue el impulso definitivo que les llevó a desarrollar la idea del HANS (soporte para cabeza y cuello) del que presentaron la primera patente en 1985. Nadie se interesó mucho por el invento, pero eso no les hizo desistir. Pulieron el modelo inicial y poco a poco recibieron el apoyo e informes de estudios que demostraban su labor para la seguridad. La muerte de Ratzenberger y Senna en el fatídico GP de San Marino 1994 hizo que el profesor Sid Watkins y la FIA empezaran la concienciación, pese a las reticencias de los pilotos que lo veían como incómodo y limitante.
En 2003 se incorporó a la F1 gracias también a las extensas pruebas de Hubert Gramling, ingeniero de Mercedes, en colaboración con la FIA. La ChampCar y la Nascar, tras el brutal fallecimiento en la última curva de la última vuelta de la Daytona 500 de 2001 del mito Dale Earnhardt, ya lo habían implementado como obligatorio. Con un valor inferior a los 1.000 euros, el invento de este estadounidense, que va anclado al casco, ha salvado muchas vidas y evitado innumerables lesiones cervicales y medulares.