Sólo queda la bala de la Champions
Vaya por delante que no se le puede reprochar al Real Madrid ni falta de entrega ni de esfuerzo, pero también es verdad que la diferencia que existe de calidad respecto al Barcelona se antoja ahora mismo muy difícil de equilibrar.
Frente a los gatillazos de Vinicius Junior, tres llegadas y tres goles del conjunto azulgrana. Frente al pundonor de Reguilón y Carvajal, la clase en el desmarque de Dembélé y Alba. Frente a la esforzada presión del Madrid, el juego posicional del Barça, que cuando golpea, te tumba. Y entre medias, dos detalles de un Sergio Ramos no especialmente inspirado: primero llegó tarde al cruce en el primer gol y después en el segundo salió a destiempo y provocó un agujero letal entre Varane, Casemiro y Reguilón.
De este Clásico copero me quedo así con los dos movimientos geniales de Dembélé que desequilibraron a toda la defensa blanca sin ni tan siquiera haber tocado el balón. Y creo que el Real Madrid debe trabajar el espacio entre laterales y centrales. Ya van varios partidos donde la zona acaba convirtiéndose en una auténtica sangría.
Y queda una bala. Hay que agarrarse a la Champions, pero para ello habrá que poner algo más que el aura de campeón.
Alberto Rodríguez
Burgos