Un Real Murcia al límite debe derribar el muro de la Balona
Motos, que se vuelve a examinar, medita variar el sistema
EI Real Murcia recibe en Nueva Condomina a la Balompédica Linense. El equipo menos goleado del Grupo IV. Con el cuerpo hecho ya al drama, no hay jornada en la que el rival tenga algo que se le asemeje al Bayern de Munich... y eso antes de que ruede el balón. Porque con el partido ya en marcha, la sensación llega a ser aún peor, los nervios atenazan a los jugadores y el rival saca tajada de ello. Y eso es algo que se espera cortar de raíz ya ante la Balona. Ocho jornadas sin ganar son demasiadas.
Se asume en el club que el reto debe ser amarrar la permanencia. Y a partir de ahí, pues ya se verá. Cierto que el sexto puesto no anda tan lejos, que la Copa del Rey podría estar barata, pero los de Motos saben cuáles son sus grandes preocupaciones. Mientras que en el palco se sigue trabajando para salvar el curso con los menores contratiempos posibles, los jugadores hacen lo que pueden. De momento, respaldan a Motos, que no es poco. Y el técnico trata de darles cariño para motivarles. Charlie Dean, en un ejercicio de implicación, lucha para llegar a tiempo pese a su rotura de fibras. Y no está descartado. En función de los mimbres, el técnico (cada vez menos interino) podría incluso atreverse con línea de tres centrales, metiendo a Parras de carrilero diestro. Arriba, la gran incógnita es si Manel seguirá como titular o tendrán ya minutos de inicio Curto o Chumbi. La falta de gol está siendo un lastre en estos tiempos de crisis. Y enfrente, el equipo menos batido.