El Dragón se hizo granito y Gales logró el Grand Slam
Pleno de victorias gracias a la defensa: Irlanda cayó 25-7
Cardiff en llamas. La capital del único país del Hemisferio Norte donde el rugby es deporte nacional vivió el duodécimo Grand Slam del Dragón. Gales se llevó el Seis Naciones con un pleno de victorias que le supuso el añadido de ese excelso premio que distingue a algunos equipos de época. El actual de Warren Gatland no será recordado, como pasó en los años 70, por la majestuosa aplicación de las artes ovales, pero sí por ser unos de los más duros que se recuerda. Puro granito que armó desde su defensa, con sus rivales anotando cada vez menos puntos: Francia (19), Italia (15), Inglaterra (13), Escocia (11) e Irlanda (7).
Dependía de sí mismo Gales para llevarse el torneo y no dejó escapar la oportunidad. Irlanda, que tenía opciones, se encontró con un ensayo en contra de Parkes al primer minuto tras una genialidad de Anscombe. El apertura-zaguero neozelandés (y galés por vía materna) fue sellando con sus pateos a palos las jugadas con las que Irlanda era castigada en su intento por superar a un Dragón inexpugnable. Los de Gatland desplegaban sus alas sin dejar ni una rendija por la que entrar. En ataque, esta vez no pudieron lucirse los North, Adams, Parkes, Liam Williams o Jonathan Davies, una línea bien consolidada y movida por Gareth Davies con la magia de
Claves Solidez, el pateo de Anscombe y llegada de Parkes, North o Adams
Anscombe y el añadido de Biggar. Así van ya 14 victorias seguidas del Dragón a pocos meses del Mundial. Sin presión, y con mucho por mostrar.
Italia perdonó. Evitó Penaud el ridículo galo en Roma. El ala forzó el adelantando de Zanon cuando los Azzurri estaban a punto de ponerse por delante, y en la siguiente jugada firmó el ensayo definitivo. Italia perdonó demasiado y Francia ganó... pero evidenciando que hoy está más cerca de la cuchara de madera que del título.