Bottas se come a Hamilton en Melbourne
Victoria y vuelta rápida del finlandés, que pasó a Lewis en la salida. Verstappen fue tercero con el Red Bull Honda hundiendo a Ferrari. Abandono de Sainz
Tras un largo invierno de caras de póquer, medias verdades y campeones de invierno, la única verdad estaba en la parrilla de Albert Park. Ahí esperaban lo mejor de cada casa, sus equipos de mecánicos, los 20 elegidos. Cientos de VIP y una buena mayoría frente al poleman de Melbourne, Hamilton. Pero apenas se había apagado el semáforo, Bottas ya había ganado la carrera. Lewis fue testigo, por delante de sus ojos pasó el finlandés, que tiene de reflejos todo lo que le falta de carisma, y firmó otra salida con un tiempo récord de reacción.
Se marchó solo el Mercedes 77 y se desmoralizó el campeón, que al poco de perder comba empezó a quejarse de problemas con los neumáticos, sin ritmo y sin esperanzas. No está acostumbrado a ser segundo, y menos a que su compañero le llegue a aventajar en 25 segundos, con la misma mecánica y con idénticas posibilidades. Fue sobrado Valtteri, que se llevó hasta el punto de la vuelta rápida. Al menos subió al podio Lewis, que empieza el curso con sabor agridulce aunque está en el bando correcto.
Porque el primer gran derrotado de la temporada es Ferrari, que vio de lejos el champán con un SF90 que no cumple con lo prometido. Verstappen adelantó a Leclerc en la salida, aunque el monegasco había perdonado la vida a Vettel cuando podía lucharle la posición, y luego el gigante holandés pasó por encima de Seb con un Red Bull Honda que cada día enseña algo nuevo. Tras ellos, caras largas en el box de Maranello, incapaces de explicarse si había problemas en la unidad de potencia de Vettel, y errores del chico nuevo, Leclerc, que se fue a la hierba. Entró pegado a su compañero mientras Binotto se rascaba la frente.
La zona media se comprimió, puntuaron ocho coches diferentes en este gran premio. Magnussen (Haas), Hulkenberg (Renault), Raikkonen (Alfa Romeo), Stroll (Racing Point) y Kvyat (Toro Rosso). Ricciardo se tragó su propio alerón por pisar el césped en la salida y los daños le obligaron a abandonar, a Grosjean le dejaron una rueda suelta, como hace un año, y desaprovechó el potencial de su Haas, líder de la clase media. El canadiense firmó la mejor estrategia porque era quien salía más retrasado.
Y si puntuaron ocho fábricas, quiere decir que dos no lo hicieron. Una fue Williams, como ya se esperaba, tres veces doblados por Bottas y una por el resto de la parrilla. La otra fue McLaren: el motor Renault de Sainz duró diez vueltas cuando el madrileño empezaba su remontada. Había adelantado a Kvyat y Gasly en la salida y el ruso, de hecho, terminó décimo. Norris fue perdiendo posiciones y se despidió de los puntos por el tiempo que cedió intentando adelantar a un Giovinazzi en las lonas. Hay cosas que cambian, como el primer líder del año. Hay otras que no tanto...
Zona media Puntuaron ocho fábricas diferentes en Australia