Llega la hora de la investigación
Mientras los aficionados de todo el mundo siguen llorando la trágica muerte de Kobe Bryant y los Lakers y su entorno se preparan para ir recuperando poco a poco la normalidad, el proceso para averiguar qué sucedió realmente en el accidente de helicóptero que le costó la vida a nueve personas no ha hecho más que comenzar.
Los encargados de dilucidar qué pasó con el Sikorsky S-76 que se estrelló en Calabasas serán dos organismos: la Administración Federal de Aviación y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, una institución que se encarga de estudiar todo los accidentes de circulación, ya sean por carretera, tren o aire. Y que ya ha configurado un equipo que trabajará sobre el terreno para analizar la escena del accidente, inspeccionar los restos del helicóptero en busca de pruebas, entrevistar a los testigos y personas relevantes y establecer los protocolos por los que se gestionará la comunicación pública de todo el proceso.
El objetivo final será determinar si la razón principal de la catástrofe fue un fallo mecánico, un problema climatológico (la tesis sostenida hasta ahora: niebla) o un error humano que puede ser, sencillamente, la falta de precaución ante las malas condiciones climatológicas. La actividad de los teléfonos móviles de los fallecidos (llamadas, mensajes privados, interacciones en redes sociales...) también será analizada en busca de indicios. Los investigadores parten de una premisa inamovible, la de que “todos los accidentes suceden por algo”, y pretenden también encontrar patrones que ayuden a evitar futuras tragedias.