AS (Levante)

Marea al Madrid

Más juego que remate en los blancos, que continúan líderes ● Volvió Hazard con buen tono ● Partidazo de Rafinha

- REPORTAJE GRÁFICO CHEMA DÍAZ, JESÚS A. ORIHUELA, JOAQUÍN CORCHERO Y DANI SÁNCHEZ

REAL MADRID

Benzema

Marcelo

Kroos

Ramos

Casemiro

Bale

Valverde

Total

CELTA

Smolov

Santi Mina

Aidoo

Okay

Aspas

Total

PUERTA

1

0

1

1

0

0

1

4

1

1

1

0

0

3

FUERA

2

3

1

1

2

2

0

11

0

0

0

1

1

2 sin Jovic. Hazard entró y salió de la izquierda, Bale no se movió de la derecha, Benzema quedó ahogado en aquel puré defensivo y el empuje de los volantes fue insuficien­te.

Así que el Madrid se fue al descanso con un empacho enorme de pelota, la conciencia tranquila en la recuperaci­ón y dos remates lejanos de Casemiro y Marcelo y otro más cercano y alto de Bale, tras combinació­n Hazard-Benzema, sociedad que promete. Pero echó en falta a Modric e Isco, jugadores que rompen líneas, y a Vinicius.

El Celta, por contra, presumió de centrales y de la sabiduría de Rafinha, centrocamp­ista de referencia, la iluminació­n del equipo. Y lamentó no irse al descanso con más ventaja porque Courtois estuvo felino en un cabezazo de Aidoo a la salida de un córner. Aquel balazo hubiera matado al Madrid.

El lateral, que estaba apercibido, fue suplente. Salió en el minuto 84 en sustitució­n de Bale y en los doce minutos que estuvo sobre el terreno de juego no vio la quinta amarilla que le habría hecho perderse el partido contra el Levante, pero asegurado su disponibil­idad en el Clásico.

La segunda parte devolvió al equipo de Zidane cierta verticalid­ad y sensatez en el juego, aunque comenzara con un gol anulado a Ramos, autoprocla­mado nueve del equipo. Pero el tanto válido tuvo un estilo bien diferente, en una combinació­n Benzema-Marcelo y pase retrasado del brasileño que remató con precisión quirúrgica Kroos, que le ha metido al Celta más goles a ningún otro equipo. El cambio de viento del Madrid vino inspirado por el alemán y Casemiro, faro y farero. Ellos le quitaron la pelota y la respiració­n al Celta y los demás anduvieron por la causa.

En pocos minutos el Madrid culminó la remontada. Benzema metió un pase por el desfilader­o a Hazard al que este llegaba a duras penas y sin opción de gol cuando Rubén lo atropelló. Penalti de pardillo y gol de Ramos, esta vez en la suerte natural. Óscar metió a Sisto, duende y trasto en un solo cuerpo. Y Alberola le echó una mano al Madrid perdonándo­le la roja a Bale por una entrada alevosa a Rafinha, que ya andaba en plena exhibición. Sólo entonces fue el Celta lo que aparenta, un equipo lleno de jugadores de buen pie. El Madrid se sintió amenazado y Zidane acabó metiendo a Modric, un jugador con enorme magnetismo en el centro del campo. Un matador de partidos. Y luego a Mendy. Pero al Celta le fue mejor con los cambios. Dos suplentes, Denis Suárez y Santi Mina, pasador y ejecutor, se colgaron la medalla del empate, para confirmar que el equipo no es lo que parece en la tabla.

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