AS (Levante)

El limbo de Dembélé

El francés, al contrario que Suárez, no podrá volver este curso; lleva 344 días de baja desde que llegó

- J. JIMÉNEZ /

Ousmane Dembélé (15-51997) teletrabaj­a hace mucho más tiempo que sus compañeros. Operado el pasado 11 de febrero de su décima lesión como jugador del Barça, una rotura del tendón proximal del bíceps femoral del muslo derecho, el francés acumula casi un año de baja (344 días) desde que llegó al club azulgrana en el verano de 2017. De hecho, su pronóstico de baja, seis meses, proyecta a 514 sus días sin poder trabajar en el club azulgrana. Una barbaridad para un futbolista que, en el verano de 2017, costó 105 millones de euros más 40 en variables.

Dembélé vive en un limbo deportivo incluso en estos días en los que la incertidum­bre del calendario permite que muchas estrellas lesionadas, Luis Suárez o Hazard entre ellos, se ilusionen con la posibilida­d de reaparecer antes del final de temporada. Para el francés, eso es imposible. El tiempo oficial de baja de Dembélé es de seis meses, de manera que no podrá volver a los terrenos de juego oficialmen­te hasta el mes de agosto. Eso en el mejor de los casos.

El crédito de Dembélé en el Barça está agotado. El club azulgrana ya advirtió al jugador que el tercer año era su última oportunida­d. Que debía mejorar su rendimient­o en el campo, limitar sus lesiones y mejorar sus hábitos fuera del campo. Por la causa que sea, eso no ha sucedido. Es más. Ha sido la peor temporada de Dembélé en el Barça.

El azulgrana ha jugado nueve partidos de 37 posibles, 492 minutos de 3.330 (un 14,77%). El porcentaje irá a peor porque no estará disponible en las últimas once jornadas del campeonato ni en la Champions. En las dos anteriores temporadas, había jugado el 23,7% y el 46,35% de los minutos, respectiva­mente.

En total, Dembélé ha jugado 75 partidos de 154 posibles y 4.215 minutos de 13.860 posibles. Desde que está en el Barça, pues, sólo ha jugado el 30% de los minutos, cantidad insostenib­le para una incorporac­ión tan cara.

El Barça se quedaría sin credibilid­ad si sostiene una temporada más al francés amparada en una supuesta ilusión. Entre otras cosas, porque cuando ha estado en el terreno de juego, y salvo instantes puntuales, Dembélé tampoco ha sido un jugador determinan­te. Al menos, no de manera continua. Si no consigue venderlo, circunstan­cia más que posible por su pobre rendimient­o, no se descarta una cesión como la de Philippe Coutinho la temporada pasada. De momento, Dembélé sigue en su limbo.

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