AS (Levante)

El fútbol del totalitari­smo

Argentina tenía a Videla, Chile a Pinochet y Brasil vivía bajo una dictadura desde 1964, regímenes que sufrió el balompié

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EI siglo XX fue el de las dictaduras y Sudamérica no fue ajena a esa lacra. El fútbol se vio muy afectado y, de hecho, el Mundial del 78 se celebró en la Argentina de Videla.

El Mundial de Videla.

"Lo del poder que se aprovecha del deporte es tan viejo como la humanidad", reconoció después Menotti, selecciona­dor argentino y campeón de aquel Mundial. La opinión pública mundial sí era muy contraria a este Mundial que Videla ya tenía en su programaci­ón cuando dio el golpe de Estado en 1976 (la elección de la sede se realizó diez años antes). La Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) fue una de las principale­s cárceles clandestin­as de la dictadura y se encontraba a sólo dos kilómetros del estadio de River.

Videla lo llamó "el Mundial de la paz" en su discurso de apertura. Rep, una de las estrellas de Holanda, declaró horas antes de la final con Argentina: "Tenemos miedo de ganar". La intención estaba clara y era que los argentinos se olvidasen, al menos por un mes, de la situación que estaban viviendo en las calles y que portasen una bandera albicelest­e por el motivo que fuese. 42 años después es muy difícil decir que aquel Mundial logró lavar la imagen de una dictadura terrible y violenta para el pueblo argentino, por mucho que Kempes marcase seis goles.

"Nos usaron para tapar treinta mil desaparici­ones. Asumo mi responsabi­lidad: yo era un boludo que no veía más allá de la pelota", dijo Ricardo Villa.

La Democracia Corinthian­a.

La dictadura brasileña intentó callar muchas voces pero no siempre lo consiguió. Reinaldo, jugador del Atlético Mineiro, acostumbra­ba a celebrar los goles con el puño en alto (hacerlo en el Mundial de Videla le hubiera costado no ir convocado a España 82). En las gradas también aparecían grupos que defendían la libertad sexual como la Coligay (Gremio) o la Flagay (Flamengo). Pero fue Sócrates, en Corinthian­s, quien se hizo más popular por su conocida Democracia Corinthian­a. El hermano mayor de Raí, un jugador culto (estudió Medicina), siempre estuvo muy ligado a la política. Al llegar a Corinthian­s el club empezó con graves problemas institucio­nales y Sócrates lo aprovechó para llevar a cabo su sistema de organizaci­ón. Este consistía en someter a votación todos los temas del club, desde las convocator­ias hasta la dieta. Todos los votos valían por igual, ya fuese el del presidente o el del jardinero. Este Corinthian­s también fue pionero al lucir frases como “Día 15, vote” (en relación a las elecciones para la presidenci­a), “Eu quero votar pra Presidente” o simplement­e “Democracia Corinthian­a”. Sabía de la responsabi­lidad social que tenía: "La gente me dio el poder como futbolista popular

(...). Cuando entrábamos al campo luchábamos por mucho más que en un partido. Luchábamos por la libertad en nuestro país".

Pinochet.

Hoy se puede leer en una tribuna del Estadio Nacional de Chile, sobre unas cuantas filas que quedan vacías cada día de partido, en honor a las víctimas de la dictadura: "Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro". Se dice que aquel estadio era algo así como un campo de concentrac­ión, donde se cometían torturas y fusilamien­tos. Como en otras tantas dictaduras, se intentó utilizar el fútbol como elemento propagandí­stico, aunque la selección de Chile no encontró grandes resultados deportivos y obtuvo el rechazo de otras seleccione­s. Una anécdota histórica fue la repesca para el Mundial del 74. La URSS se negó a viajar a Chile por motivos obvios y La Roja saltó al campo sin rival, para marcar a puerta vacía y hacer válida su clasificac­ión. Fue conocido como el 'partido fantasma'. Una de las formas de utilizar el fútbol fue programand­o partidos importante­s los días de grandes manifestac­iones.

Menotti "Que el poder se aproveche del fútbol es viejo como la humanidad"

Sócrates Fue un pionero en Brasil liderando la 'Democracia Corinthian­a'

 ??  ?? Videla felicita a los jugadores tras ganar la final. En la foto, con el 6, Américo Gallego junto a Daniel Passarella, capitán del equipo, portando el trofeo de la Copa del Mundo de 1978.
Videla felicita a los jugadores tras ganar la final. En la foto, con el 6, Américo Gallego junto a Daniel Passarella, capitán del equipo, portando el trofeo de la Copa del Mundo de 1978.

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