ENCUENTRO CON AGUILAR Y SEBAS
—Cuando fui por las Ventanas, en Japón estaban cerrando colegios y universidades. Luego, cuando regresé, pararon la Liga. Este fin de semana se reanudó. Ahora se ha suspendido hasta el 3 de abril, pero no es por el coronavirus, está controlado. Muchos jugadores extranjeros habían salido,
La mejor manera de demostrar normalidad se manifiesta con movimiento. Luis Guil tiene una cita este fin de semana: “He previsto ver a Sebas Saiz y Pablo Aguilar (los dos internacionales juegan en Japón; uno en Kawasaki y otro en Tokio)”. Guil está encantado con la aventura nipona: “El trato del club es exquisito”. preocupados por la situación de sus familias, y deben volver.
—Pero ¿cómo está el día a día allí ahora?
—Todo se encuentra abierto excepto sitios donde pueda haber grandes aglomeraciones. El transporte está abierto. También los bares, los restaurantes, cafeterías, discotecas... Sólo se han cerrado museos, recintos deportivos donde puedan juntarse muchas personas. De todas formas, aquí hay una diferencia cultural.
—¿En qué?
—Aquí, antes del coronavirus, cualquier persona que iba a entrenar, se quitaba el calzado con el que venía antes de entrar en el pabellón, y se ponía el deportivo. Había desinfectantes en cualquier sala o espacio de los pabellones. Todos iban ya con mascarilla. Es el respeto. Eso evita mucho la propagación de un virus. Incluso, culturalmente, ya sabe cómo se saludan entre ellos, sin contacto. Le pongo un ejemplo. El capitán del equipo me ha pedido que, después de cada entrenamiento, el saludo que hagamos sea con el codo. Todos. Ya saben que ha habido contactos durante el entrenamiento, pero es su manera de mostrar respeto.
—¿Su día a día es normal? —Absolutamente. Antes de hablar con usted he estado tomando un café. Pero siempre con las medidas de control necesarias. Nos quitamos las zapatillas antes de entrar en el recinto, nos toman la temperatura y nos preguntan dónde hemos estado el día anterior por si hemos ido a algún sitio que sea foco de conflicto. Los casos están controlados. Además, aquí la gente se cuida mucho. Ves a personas de 70 y 80 años en bicicleta, cuidan mucho su alimentación. Hacen deporte, comen proteínas, poco pan...
—¿En Japón creen que habrá Juegos en Tokio?
—Todos, desde el primer ministro hasta el presidente del Comité Organizador, transmiten que habrá Juegos Olímpicos. Tienen dos esperanzas: que se encuentre un remedio y que la enfermedad sea estacional y remita en mayo. Es su esperanza y su mensaje.
—¿La sociedad japonesa comparte la visión oficialista?
—Sí. La mentalidad japonesa es respetar y seguir lo que dice su gobierno. Tienen el convencimiento de que habrá Juegos, de que va a haber soluciones y de que el coronavirus está controlado. Han visto que la curva ha bajado.
—-¿Y usted qué opina?
—Hay que meter miles de deportistas en una ciudad de 35 millones de personas. Creo que hay que esperar, pero el mensaje público es que habrá Juegos.
—¿Qué mensaje mandaría desde Japón?
—Quiero transmitir un mensaje optimista. La vida en Japón es normal ahora mismo. Y, con las precauciones y la responsabilidad lógica, puede ir a mejor. Pueden abrirse las canchas al público en poco tiempo, colegios y universidades. Creo que hay que transmitir un optimismo real porque en Japón, a día de hoy, el coronavirus está controlado.
Ánimo “Quiero transmitir un mensaje de optimismo real desde Japón”