AS (Levante)

■ Rugby. Más problemas

- —J. N. JESÚS MÍNGUEZ /

La Federación acusa a los clubes de División de Honor de mentir para cancelar la temporada y les emplaza a asumir “responsabi­lidades disciplina­rias”.

Rafa Nadal, especialis­ta en salir adelante de múltiples problemas físicos, gasta sus días en su casa de Porto Cristo (Mallorca) “como un ciudadano más”, según cuentan desde su equipo. Es decir, confinado e intentando mantenerse activo con los ejercicios que le pautan su fisioterap­euta, Rafa Maymó, y su preparador físico, Joan Forcades. Sin pista ni sparring con los que entrenarse. El tenis está parado hasta, al menos, el 7 de junio. Toda la temporada europea de tierra, esa que ha forjado su leyenda, se ha ido al traste. Adiós a Montecarlo, el Godó, Madrid Open y Roma. Y adiós en la primavera a Roland Garros, donde aspiraba a igualar a 20 Grand Slams con Roger Federer. El grande parisino pasa al otoño (del 20 septiembre al 4 de octubre).

Nadal estaba en Indian Wells, dispuesto a disputar el Masters 1.000, cuando se comunicó la suspensión del torneo. Y el 11 de marzo, con Miami ya tocado, retornó a España. Ayer, mediante un vídeo, quiso mandar “un agradecimi­ento”: “A los médicos, enfermeros, todo el personal sanitario que nos está protegiend­o, las policías, la Guardia Civil, el Ejército... todos los que están en primera línea de fuego y son los que más riesgo tienen de contagiars­e”. “Son nuestros héroes”, les definió.

“Son tiempos muy complicado­s para todos, toda esta situación nos está sobrepasan­do y todos lo estamos llevando de la mejor manera posible desde nuestras casas”, expresó con cara compungida el número dos del mundo, que siempre ha tenido a gala no vivir dentro de una burbuja y que salió a ayudar a sus paisanos de Sant Llorenç cuando una riada destrozó la zona en diciembre de 2018.

Nadal tuvo que cerrar su Academia de Manacor cuando se desató la crisis del coronaviru­s y el Gobierno decretó el estado de alarma. Allí se entrenan jóvenes de

42 países. Muchos han tenido que quedarse por problemas logísticos, y entrenador­es y personal voluntario están con ellos confinados en el recinto para evitar cualquier contacto con el exterior. El tenista envió una carta abierta a sus familias para tranquiliz­arlas, y a la vez expuso que él se encontraba “bien, en casa”. “Haciendo ejercicio físico y siguiendo las recomendac­iones de las autoridade­s”, explicó.

Tres torneos. El balear, con 33 años, ha disputado este curso tres torneos. La ATP Cup que España perdió en la final frente a la Serbia de Novak Djokovic, el Abierto de Australia, donde cayó en cuartos contra Dominic Thiem, y el ATP 500 de Acapulco (México), que ganó ofreciendo buenas sensacione­s. Ahora, si el circuito consigue arrancar en junio si es que remite la pandemia del COVID-19, podría retomarlo directamen­te en la hierba, con Wimbledon (del 29 de junio al 12 de julio) en el horizonte. Pero todo son incógnitas, también, para el ciudadano Nadal.

Nadal “Todos lo llevamos lo mejor posible desde casa”

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